El diablo en el cuerpo
Reseña de la novela de Soledad Galán publicada por Grijalbo
El diablo en el cuerpo es una novela que arriesga todo a su voz narrativa. Soledad Galán opta por contar la historia de la reina Isabel II en primera persona, poniendo el acento además en los problemas conyugales y las cuitas sexuales de la monarca con un tono desenfadado y que busca, deliberadamente, impactar en el lector. Toda la prosa está orientada, de hecho, a ese objetivo: sacudir al lector y sacarlo de la zona de confort en la que se instala a veces cuando lee novela histórica, donde la gran mayoría de los personajes parecen tan serios e inalcanzables como sus papeles en la sociedad o sus dignidades jerárquicas.
Este enfoque es, como resulta evidente, un arma de doble filo. Si el lector se ve seducido por el tono, encontrará la novela entretenida, ágil, con un punto irreverente y francamente original. Cuando no conecta con el mismo, por el contrario, todo el castillo de la suspensión de la incredulidad se derrumba y es difícil conectar con la historia por muy apasionante que sea el periodo que retrata, los personajes que presenta o el enfoque, poco habitual, por el que opta. Y, me temo, ese ha sido mi caso.
Personalmente, encuentro que Soledad Galán ha preferido una voz narrativa más preocupada por lo que piense el lector contemporáneo y los sentimientos que sea capaz de suscitar en él que por recrear el propio sabor del escenario. Es una elección estilística que deduzco habrá tomado con conocimiento de causa, dada su experiencia con los talleres literarios, pero que en mi caso no ha funcionado, sino que me ha dejado una sensación impostada y, en contra de lo pretendido, poco íntima, poco reveladora, realmente, de esas bambalinas tras las cuales incluso los monarcas se mueven.
Aun con todo, es innegable que en El diablo en el cuerpo hay un trabajo de documentación y un criterio artístico, por lo que he de señalar también sus virtudes. No se conforma con abordar la narrativa histórica como si fuera algo hecho, sino que intenta sacarla de sus raíles para explorar nuevas vías. Al mismo tiempo hace un esfuerzo evidente por rescatar vocabulario de la época, así como para poner de manifiesto detalles pensados para transportarnos a la misma, desde nombres de pasteles a curiosidades arquitectónicas, que intercala con transcripciones fonéticas del habla para dar un tono más desenfadado.
En definitiva, El diablo en el cuerpo es una novela pensada para no dejar indiferente, que tiene el erotismo como bandera pero poca sensualidad y que opta por llevarnos a un entorno real pero con un enfoque poco regio.
- Inicie sesión para enviar comentarios