Arte-terapia: El bosque encantado
Una forma de ocio relajante de la mano de Marthe Mulkey
Al igual que completar puzles, pintar dibujos preparados tiene un lado relajante. Lejos de la frustración de intentar dibujar cuando no tienes el talento o la preparación deseada, ir coloreando un dibujo ya hecho no es estresante y permite vaciar la cabeza un rato mientras escuchas música o estás de conversación relajada. Se trata de robar un poco de tiempo a la tensión diaria, poner un poco de freno al tiempo que se escapa por el sumidero permitiéndose, paradójicamente, “malgastar” parte en una actividad sin demasiado sentido práctico.
Durante un tiempo, me parecía una lástima que los libros de colorear estuvieran dirigidos prácticamente en exclusiva a niños pequeños. Entonces, encontré la propuesta de Arte-terapia, en concreto el volumen dedicado a El bosque encantado, aunque cabe suponer que existirán más de otras temáticas. Hay que reconocer, no obstante, que el tema de las hadas y las setas encaja particularmente con la idea de relajarse, quizás acompañándose de algo de música celta instrumental.
Las ilustraciones del volumen, obra de Marthe Mulkey, son de trazos gruesos y limpios, lo que facilita el coloreado se realice con la técnica que se realice: rotuladores, acuarelas (si no llevan mucha carga de agua), lápices de colores, etc. Las composiciones no son en absoluto originales ni tampoco de una belleza que corte el aliento, pero sí sugerentes y bien ejecutadas. Personalmente, creo que se abusa demasiado de los mosaicos, como si más que pinturas estuviéramos completando vidrieras, pero en el libro hay material más que suficiente para ir eligiendo las que más nos gustan.
Del mismo modo, se pueden abordar como algo básico, de completar colores, o intentar dar más profundidad sobre el entintado, con sombras y mezclas, en función de la capacidad de cada cual. En líneas generales, no obstante, da la impresión de que se han privilegiado las composiciones que llaman a colores planos, seguramente para realzar la sensación de relajación al no complicar demasiado la vida al usuario.
Hay que señalar que el papel del libro es de gran calidad y las cubiertas son de un considerable grosor para facilitar el coloreado desde la primera página. La encuadernación, así mismo, está pensada para poder abrir completamente el libro sin destrozarlo. Quizás hubiera faltado troquelar las páginas para poder extraerlas una vez coloreadas, pero no parece que fuera la idea de sus creadores, dado que van a doble página.
En definitiva, Arte-terapia: El bosque encantado es una curiosa alternativa de ocio, original y al mismo tiempo evidente, sin más misterio que el que propone: pasar el rato dando color a las ilustraciones de otro autor por el simple placer de hacerlo.
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