La saga de Fénix Oscura
Reseña del emblemático arco argumental recopilado por Panini Cómics
Como muchos de mi generación, leí cómics de superhéroes sin contexto ni continuidad. Así, conocía a casi todos los tipos en mallas (los principales, claro) pero no sabía que Los Vengadores fueran los más poderosos del mundo o que Spiderman y Batman pertenecieran a mundos distintos. Así, la Patrulla-X me molaba por la estética, principalmente, y, cómo no, por unos cuantos héroes que pasaron por sus filas. Entre ellos, sin duda, Lobezno y Cíclope.
Cuando vuelves sobre ciertos arcos argumentales históricos con la perspectiva del tiempo y, ahora sí, la información suficiente para valorarlos con otros parámetros, la sensación es extraña y, qué duda cabe, lejana de ese placer primario de leer sin mayor bagaje las aventuras por el placer de ellas mismas. Es algo que, en cierta medida, inquieta y mediatiza en exceso. Aun así, no podía dejar la oportunidad de leer, por fin, La saga de Fénix Oscura ordenada y en condiciones. ¿El resultado? Pues, me temo, que la ha disfrutado más desde una perspectiva intelectual que pasional. La buena noticia es que, sin duda, es por mis gustos personales.
Hay que reconocer que la trama es interesante y tiene muy buenos ingredientes: sociedades secretas, una conspiración adaptada a los poderes de la Patrulla-X en curso, cruces con otros superhéroes bien medidos, un buen ritmo, un factor emocional que, si bien es muy de la época (¡ese beso del Ángel!), funciona muy bien... Nada que reprochar, sobre todo porque consiguió dar una dimensión muy interesante al personaje central, Fénix.
El tema (conmigo) es que la historia se pone cósmica. Desde un punto de vista técnico, no se puede objetar nada: sube la escala del conflicto y además permite enlazar con sagas previas, lo cual es un acierto y sin duda uno de los elementos que haría en su día que tuviera la repercusión que tuvo. A mí, sin embargo, como lector, me deja algo frío: creo que precisamente ese cambio de escala es lo que mina el conflicto personal y perjudica a la humanidad de los personajes. El cuadro se convierte en algo demasiado grande. Cuando el destino del universo entero está en juego, no parece que haya sacrificio excesivo. Al menos sobre el papel.
En este sentido, me gustan más los arcos argumentales épicos, pero hasta cierto punto de andar por casa: que las cosas pasen a pie de calle y no incluyan necesariamente civilizaciones alienígenas incomprensibles (al menos, si no es como antagonistas y en nuestro terreno). Manías personales, en cualquier caso, que no desmerecen un volumen que hizo historia por méritos propios. Estoy seguro de que para muchos lectores, La Patrulla-X: La saga de Fénix Oscura es un episodio que no se tienen que perder. Como digo, incluso sin conectar a nivel anímico, está claro por qué es un hito insoslayable, y no se trata solo de su valor histórico.
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