El mausoleo de carne
Reseña de la obra de Jonas Lenn publicada por Tusitala Ediciones
La A.C. Tusitala nos presenta en su colección La Llave de Plata este relato largo de Jonas Lenn ambientado en la antesala de la II Guerra Mundial. Se trata de una obra peculiar, en la que se mezcla la política internacional de la época, la criptozoología y los fenómenos sobrenaturales con algunas pinceladas técnicas que hacen pensar al dieselpunk y las historia de científicos locos. Por su desarrollo pausado e intrigante, El mausoleo de carne se podría ver como una obra de suspense que, poco a poco, va basculando hacia el terror propiamente dicho.
Los guiños presentes en la historia, con menciones a la revista Weird Tales y a Clark Asthon Smith ya en la primera página, dejan claro tanto el tono como los referentes. Tenemos pulp y algo de horror preternatural, pero dentro de una propuesta atípica por la mezcla con el trasfondo histórico, que podría enclavar la obra dentro del género de historia alternativa aunque sin llegar a configurarse ni una ucronía ni una distopía, no ya por la breve extensión de la obra, sino por el enfoque: más que traernos un relato alternativo sobre el que construir un mundo, El mausoleo de carne juega a abrir un portal en el nuestro para robarnos un escalofrío cómplice.
Esta vocación se ve también en el complemento al cierre, nada menos que una entrada adicional para el Libro de seres imaginarios de Jorge Luis Borges. El mausoleo de carne emparenta de esta manera con esas narraciones de viajes a los confines del mundo a pesar de haber sido escrito en una época en la que ya no quedaban rincones por explorar.
Esta aparente paradoja no resta en nada al disfrute lector. La construcción del escenario es tan cuidada y absorbente que se vive como un viaje privilegiado, como el descubrimiento de una nueva mitología que se adivina relacionada con la de otros autores. En conjunto, bien es cierto, puede quedar la sensación de tratarse, finalmente, de una narración anecdótica. Es indiscutible, no obstante, que deja poso por sus elementos. La idea de la muerte de Trotsky y el posterior viaje iniciático a las profundidades de la jungla seducen por completo y son llevadas con buena mano por el autor, quien consigue que el lector se haga partícipe de las dudas del narrador y, al mismo tiempo, como este, se preste a un juego macabro que, por descabellado que se presente, no deja de ser seductor.
En definitiva, El mausoleo de carne es una historia que deja con ganas de más pero que también siembra ecos muy sugerentes en el lector. Urdida con atención a los detalles, resulta una aportación curiosa y original al mundo del horror mitológico.
- Inicie sesión para enviar comentarios