¡Socorro! Somos padres primerizos
Reseña del cómic de Bonache publicado por Panini en su colección Evolution
La primera cosa que descubres cuando vas a ser padre es que todo el mundo tiene consejos para darte. Y cuando digo todo el mundo, quiero decir todo el mundo: da igual que nunca hayan tenido hijos o que hayan vivido en una caverna, como eremitas, durante sesenta años. Da igual que tú tengas cinco y ellos ninguno. Te darán consejos. La mayoría, contradictorios con los que hayas ido recibiendo hasta el momento.
Con el tiempo, te das cuenta de que los únicos consejos que de verdad interesan son los consejos confesión. Sí, esos que compartes como excusa para desenterrar una anécdota y reírte un poco de ti mismo —y también mantener una cierta cordura— al tiempo que contrastas experiencias. Un poco como los que nos presenta Bonache en este ¡Socorro! Somos padres primerizos.
El autor deja muy claro qué es lo que piensa sobre los consejos genéricos en su tira cómica sobre el escritor de libros sobre cómo criar bebés (magistral). Y, en líneas generales, lo divertida, intensa, absurda, extenuante, inesperada, formidable, terrible e inigualable que es la experiencia de la paternidad. Además, tiene la gracia de que, aunque es una obra en primera persona, el trasfondo que trasmite es universal (paterno-universal, quiero decir).
Las tiras cómicas que se presentan en el libro a modo de 99 consejos IMPRESCINDIBLES te roban sonrisas y carcajadas (muchas carcajadas) indiscriminadamente. Está claro que nos tiene muy calados, seguramente porque se tiene muy calado a sí mismo. ¡Socorro! Somos padres primerizos se lee de tirón, con ganas de ver en qué llaga va a meter el dedo la próxima vez. Por supuesto, con unos gags se conecta más que con otros, pero en general sorprende por lo que consigue hacer reír sin irse a cosas abracadabrantes: las tiras están centradas en situaciones y reflexiones que la gran mayoría de padres se harán.
No sabría decir si ¡Socorro! Somos padres primerizos puede funcionar con alguien que no haya experimentado la paternidad —es una época que ya casi ni recuerdo aunque no hayan pasado ni diez años—, pero estoy convencido de que basta con haber tenido bebés cerca el tiempo suficiente para identificar muchas situaciones y apreciar el resto. Para los que nunca hayan tenido contacto con estas criaturitas y se estén planteando tener un bebé, puede ser una buena prueba de fuego.
Además, ¿qué podría pasarles?
Si se leen el cómic, quiero decir.
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