Los niños son raros y otras observaciones sobre la paternidad

Reseña del cómic de Jeffrey Brown publicado por Planeta DeAgostini

Conocí a Jeffrey Brown por su serie sobre Darth Vader y su princesita, una recopilación de tiras cómicas sobre la complicada relación paterno filial que se puede extraer de la saga cinematográfica con descontextualizar algunos elementos. Quizás por ello esperaba una dosis más alta de humor en Los niños son raros y otras observaciones sobre la paternidad. No es que este esté ausente, pero el registro es más entrañable que humorístico.

Al tener cinco niños y haberme ocupado de ellos trabajando desde casa, las he visto de todos los colores. La cantidad de ideas peregrinas, razonamientos abracadabrantes y salidas por donde menos te lo esperas que te encuentras a lo largo del día es abrumadora. Años después, cuando las rememoras al ver una fotografía u oír un trozo de vídeo parecen increíbles. Al mismo tiempo, estoy convencido, la mayor parte son demasiado personales para que el público en general las aprecie de la misma manera.

En este sentido, Jeffrey Brown salva muy bien el escollo. Gracias a su simpático dibujo y su capacidad de síntesis, compartes esos momentos con su familia (porque es su familia, no me cabe la menor duda) a pesar de la distancia emocional, geográfica y/o cultural. Los niños son raros y otras observaciones sobre la paternidad te brinda el mismo momento agradable que pueda darte compartir anécdotas con algún amigo querido o familiar cercano que está descubriendo los misterios de la paternidad.

Como obra de humor ya llegará más o menos a los lectores. Creo, por las expresiones de embelesamiento de los padres que aparecen en las tiras cómicas, que el autor ya era consciente de ello. Es más, en cierto modo esta recopilación de escenas y anécdotas es más un homenaje a esa ternura hogareña y al ingenio infantil que una tira cómica propiamente dicha. Fiel a la lógica del niño en concreto que la protagoniza, no pretende sorprender al lector, sino hacer partícipe a este de ese mundo maravilloso que se pasa entre bambalinas.

En definitiva, una lectura muy agradable y recomendable, sobre todo, para los amantes del mundo infantil y sus clarividentes ingenuidades.