La tragedia del Congo
Reseña de este recopilatorio de testimonios de Ediciones del Viento
La tragedia del Congo es una obra que recopila la visión de varias personalidades sobre la explotación que sufrió esta colonia belga durante finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. No es una obra de ficción ni un ensayo global, sino un breve mosaico sobre unos acontecimientos escalofriantes que anunciaban los extremos a los que la explotación comercial de un territorio puede llevar.
La edición de Ediciones del Viento se divide en cuatro partes. Arranca con los testimonios de G.W. Williams y Roger Casement, un religioso estadounidense de raza negra y un diplomático británico respectivamente. Esta parte es la que tiene un mayor valor desde el punto de vista histórico, dado que ambos autores se centran en recopilar experiencias y testimonios, la mayor parte de primera mano, sobre los que van tejiendo sus conclusiones y reflexiones. El estilo puede resultar árido a determinados lectores, algo que se agudiza por la reiteración de barbaridades que relatan: hombres y niños mutilados, mujeres violadas, poblados esclavizados, regiones devastadas por el hambre y la enfermedad, canibalismo, opresión y un largo etcétera de horrores que abruman y sorprenden. No obstante, el rigor, la mesura y la humanidad con la que tratan tan delicado asunto, sobre todo en la época en la que lo hicieron, es encomiable.
La tercera corresponde a una carta abierta de Arthur Conan Doyle en la que denuncia la situación del Congo. El estilo es más ameno y la propia estructura, pensada para informar a la opinión pública y no solo al especialista o el involucrado, facilitan la lectura. Además, permite entrever otros aspectos interesantes de este conflicto, desde la sensibilidad de la opinión pública internacional al equilibrio de poderes e intereses que planeaban sobre este vasto territorio africano.
El cierre del libro queda en manos de Mark Twain, quien nos presenta una obra burlesca y llena de humor negro y ácido en el que transforma toda la rabia suscitada por lo que hemos leído y descubierto en un relato de ficción protagonizado por el emperador Leopoldo de Bélgica. Hay que decir que por mucho humor que encierre, es difícil encontrarla divertida, y queda en evidencia que el autor buscaba más informar y denunciar que hacer una sátira propiamente dicha.
Con estos componentes, La tragedia del Congo es un acercamiento descarnado a un episodio de lo más siniestro de la historia reciente. En un momento en el que la esclavitud estaba terminando de ser abolida en el mundo, una nueva forma de esclavitud y opresión, esta vez de la mano de una compañía internacional que operaba en un vicioso monopolio de manera ilegal, conmocionó la opinión pública. Intereses económicos, conspiraciones, asesinatos, salvajadas sin cuento y el escenario misterioso y exótico de un Congo que intentaba digerir la intrusiva llegada de un desarrollo dirigido únicamente a la explotación a corto término articulan una historia tan terrible que no debería caer en el olvido. Tras conocer esta realidad, es más fácil entender el sustrato de novelas como El corazón de las tinieblas, de Conrad.
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