Los griegos y su mundo
Reseña de la obra de Pierre Brulé publicada por Gallimard
Los griegos y su mundo —Les Grecs et leur monde, en el original— es una obra de divulgación que pretende cambiar la perspectiva sobre la Grecia de la Antigüedad. El intento es tan razonable como necesario pero, al mismo tiempo, no deja de tener una buena dosis de optimismo. Tal y como señala Pierre Brulé, el autor, en el prólogo, nuestra civilización ha cimentado tanto su imaginario colectivo en un origen grecolatino que en ocasiones es difícil entender qué era la democracia en las polis griegas, cómo pensaban sus habitantes, qué suponía ser un ciudadano o incluso un hombre o una mujer.
La aproximación de Pierre Brulé, y en esto creo que peca en algo de efectista, es ver a los griegos a través de sus propios ojos... o, más bien en su defecto, de los textos que nos legaron. Evidentemente, esto tiene algunos problemas técnicos de base: la selección de textos no puede ser neutra —y menos en un libro de 160 páginas que da una panorámica completa de la sociedad—, las propias traducciones no dejan de ser reinterpretaciones más o menos precisas del griego clásico —un tema muy bien tratado en Los filósofos presocráticos, de Alberto Bernabé—, la capacidad de un lector de asimilar dichos textos viene también mediatizada por su propio bagaje cultural —la pescadilla que se muerde la cola—, el lapso temporal tratado es de varios siglos, etcétera.
No obstante, a pesar de lo señalado, Los griegos y su mundo cumple con su cometido de base, que no es tanto establecer una verdad como poner en tela de juicio todas esas “verdades” que hemos hecho nuestras y que no tienen, al final, un sustrato histórico tan sólido como hubiéramos querido adjudicarles. Es interesante ver desde otro prisma las relaciones sociales dentro de las polis, la organización política y los motivos que barajaban los coetáneos para determinadas doctrinas, el papel de la mujer en la sociedad, la sexualidad y el espinoso tema de la pederastia, la dualidad en la concepción del mundo —masculino vs femenino, divino vs humano, civilizado vs bárbaro, libre vs esclavo, etc.—.
El desarrollo de estos temas es, además, muy ameno. No se trata de un libro académico y no profundiza demasiado en ninguna de estas cuestiones; bien al contrario, es una obra dedicada al lector curioso que no tenga una formación específica en la materia —dado que a este no le descubriría nada nuevo— pero sí interés en la Antigüedad y, sobre todo, en la cultura griega clásica. En definitiva, una lectura entretenida que viene en una edición muy cuidada e ilustrada.
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