Númenes - La hija
Reseña del segundo volumen de esta serie de Unai Busturia y Julen Ribas publicado por Editorial Saure
Por desgracia, todavía es infrecuente que nuestros creadores recurran al folklore nacional para desarrollar sus historias. Más raro todavía es que, después de haberlo hecho, tengan la “osadía” de adaptarlas a las exigencias de la historia, como si nuestro patrimonio cultural no pudiera salir de las urnas de un museo. Es por eso que Númenes es todo un soplo de aire fresco dentro del panorama del cómic español, pues no sólo nos acerca la mitología vasca -tan apasionante como las historias de elfos, gnomos o enanos popularizadas por nuestros vecinos del norte-, sino que además lo hace con una historia llena de ritmo y aventura.
En Númenes – El padre asistíamos al planteamiento general de la historia, un entramado que implicaba la desaparición de una niña en el presente, un matrimonio en la Edad Media -mediatizado por los conflictos bélicos, políticos y religiosos del momento- y un tercer escenario aparentemente intemporal, o paralelo, en el que habitan los seres mágicos de la cultura tradicional vasca.
En este segundo volumen, que lleva como subtítulo ese revelador “La hija”, se desarrolla todo este planteamiento profundizando en las relaciones de los distintos escenarios y añadiendo algunas pinceladas de los intermedios, especialmente del final de la Edad Media con la Inquisición como invitado principal no deseado.
Resulta particularmente interesante el modo en el que el guión entrelaza la evolución histórica de la humanidad con la evolución mágica de ese mundo paralelo confinado a las sombras, el cual adquiere mayor protagonismo en esta entrega, en la que se ponen muchas cartas sobre la mesa, deleitando a los lectores -sobre todo a los aficionados a la fantasía y al terror- con escenas que nada tienen que envidiar a los Hellboys extranjeros. Particularmente aterradora resulta la intervención de cierta lamia en una cripta, momento que queda memorablemente retratado con los lápices de Julien Ribas.
Éste es un punto importante, porque Númenes es una serie en la que se auna un guión interesante y bien resuelto en su adaptación al lenguaje de las viñetas con un formidable trabajo gráfico. Éste, muy personal, aunque presenta trazos muy vivos y expresivos, ajenos a la línea clara clásica de la escuela francobelga, se aproxima al estilo detallista propio del cómic europeo más espectacular por el tratamiento del color y el dinamismo de las composiciones, que abordan tanto vertiginosas panorámicas como detallistas primeros planos. Sin duda, Busturia y Ribas forman un buen tándem no sólo a nivel narrativo, sino a también en el aspecto gráfico: el primero se encarga de los colores y el segundo de los lápices.
En conjunto tenemos un cómic muy acertado, que aborda el género de misterio, terror y aventuras desde una perspectiva muy cercana y, a la vez, muy impresionante, demostrando que no hace falta buscar lejos para encontrar escenarios sugerentes y propuestas de calidad. Muy recomendable el cómic y -a estas alturas ya podemos decirlo- la serie, pues en este tomo se van resolviendo incógnitas para dejar abiertas todavía más cuestiones que deberían concluir -y resolverse- en la siguiente entrega, con la que se cerrará la trilogía. Esperaremos impacientes a que llegue ese momento, confiando en que sea el preludio de más trabajos de la pareja.
Sinopsis
Ira y Harrespil tienen que encontrar a Mari para librar a Alaitz del mundo subterráneo. Para ello deberán viajar a los Pirineos, a una zona poblada de mitos y brujas que en el pasado fue diezmada por la inquisición.
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