La bestia de Gévaudan
Reseña de la obra de Michel Louis publicada por Éditions Perrin
Éditions Perrins nos propone en su colección Tempus una obra singular: La bestia de Gévaudan (La bête de Gévaudan), un ensayo de Michel Louis sobre los sangrientos eventos acaecidos en Francia, en el sur de Auvergne, entre 1764 y 1767. Durante estos años decenas de personas fueron atacadas, algunas con funestos resultados, por un animal al que nadie parecía poder dar caza. Estos sucesos, bien presentes en el imaginario colectivo francés, han tenido incluso adaptaciones cinematográficas, como Pacto de lobos. No obstante, no existe una teoría única sobre lo que ocurrió en realidad durante aquellos sangrientos días.
Michel Louis no aborda la cuestión propiamente como un historiador, aunque, desde luego, la documentación de la época tiene una importancia clave durante todo el desarrollo de su ensayo —cartas, documentos oficiales, diarios, anotaciones parroquiales y un largo etcétera permiten trazar una cronología bastante precisa de los hechos—, sino como un especialista en animales salvajes y, muy particularmente, de los lobos. No en vano, es director de un parque zoológico en Amneville.
Muchas teorías apuntan a la presencia de un animal salvaje, quizás importado de África —algunos creen que se trataba de un gran felino o de una hiena— o tal vez autóctono —un lobo solitario de gran tamaño—. Sin duda sugerentes, no dejan de reposar sobre la lógica de los cuentos asustaniños y dejan bastantes cabos sueltos: cómo podría vivir un animal exótico en un clima tan distinto e inhóspito, por qué atacaba a seres humanos preferentemente y no al ganado, por qué los perros reaccionaban como lo hacían frente a su presencia, por qué no temía adentrarse en pueblos y aldeas...
Michel Louis aborda la cuestión apoyándose en la zoología y engarza su razonamiento con los testimonios que se conservan de aquellos días. Como toda teoría, puede tener sus aristas a limar, pero sin duda ofrece una explicación plausible al tiempo que nos ilumina sobre prácticas de la época —como el uso de mastines de guerra con corazas— que resultan muy significativas.
El resultado es que La bestia de Gévaudan se revela como un alegato ecologista que apela a la responsabilidad de los hombres en su trato con los animales y, en particular, con la fauna salvaje, un tema que sigue muy de actualidad, por desgracia. Michel Louis ve en la denominada bestia, por su tamaño y fisionomía, un cruce de perro y lobo y, por sus forma de comportarse ante el ser humano, un animal adiestrado para matar. Lejos de echar la culpa a la ferocidad innata de los depredadores, achaca la impresionante serie de ataques y muertes a la mano del hombre.
De este modo, el libro, aunque no sea adecuado para todos los público por el tema que trata —después de todo, hablamos de un evento muy sangriento—, termina por ser una obra de calado, que hace reflexionar y se aleja del sensacionalismo. Un viaje a un episodio histórico siniestro y una reflexión muy interesante articuladas con un lenguaje muy directo y un estilo ameno, apto para cualquier lector. La bestia de Gévaudan es, en definitiva, una obra de divulgación muy particular y acertada.
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Interesante la propuesta. ademas de ocuparse del hecho en si, parece que hace aportes interesantes.
Muy bueno para leer y tomar conciencia.
Daniel Leuzzi
http://unafocaeneldesierto.blogspot.com