Afuera están los zombis... (pero la casa está embrujada)

Imagen de Patapalo

Reseña de la antología de Santiago Repetto

Hace un tiempo que dejé de leer obras que no hubieran pasado por un filtro editorial —a excepción de los manuscritos recibidos en Saco de huesos, claro—, ya que la probabilidad de encontrar material que me llenara se estaba revelando terriblemente baja. Solo he hecho una excepción, que recuerde, y no es otra que la antología que nos ocupa, Afuera están los zombis... (pero la casa está embrujada). El motivo, uno sencillo: incluía el relato El juego, uno de mis preferidos así en absoluto —como ya sabrán quienes lean el blog Edit-ando o asistieran a mi conferencia de sobre los niños y el terror de la pasada Hispacón—, una auténtica joya, y era la posibilidad de leer más trabajos de Santiago Repetto, su autor. Huelga decir que no me arrepiento en absoluto de haber hecho la excepción.

Afuera están los zombis... (pero la casa está embrujada) es una antología de un amante del terror que hará las delicias de otros amantes del género. Repetto demuestra un conocimiento de los mecanismos narrativos del suspense y el espanto encomiable. Guía al lector con mano firme y hace que se estremezca en los momentos adecuados. El libro está compuesto por obras muy breves, entre el microrrelato y el relato corto, y en una primera lectura se aparecen como una concatenación de homenajes a distintos modos de hacer terror y a algunos de sus monstruos más populares.

Poco a poco, sin embargo, vemos que la cosa va más allá, que entre los guiños traviesos y los golpes de efectos canónicos se esconde un corpus sólido, una voz propia. Es un modo de entender el género bien anclado en sus raíces pero con la mirada puesta en aspectos personales, lo que le termina dando un sabor particular. No es de extrañar que la figura del escritor planee sobre buena parte de la obra o que Repetto haya optado por introducir, en determinadas historias, giros lingüísticos propios de su tierra.

El libro viene, además, con dos adaptaciones a cómic realizadas por Gustavo Lucero. El ilustrador ha sabido captar el espíritu de las historias y les da una dimensión adicional. El cierre, con una historia de fantasía mitológica que no escapa a la pátina de horror constante del libro, es un broche perfecto para una obra que aúna buen hacer y pasión.

El único punto oscuro deriva del modo en el que ha sido publicada. Sin la labor de un corrector de estilo detrás hay más erratas de las que se merece el texto. Sin duda, desluce en algo, pero sobre todo da rabia que la obra no haya encontrado un marco que la realce más. Espero, confío, de hecho, que la próxima que nos brinde solvente este pequeño escollo y, de momento, me conformo con recomendar la que ya tenemos disponible. En formato digital es gratuita y la podéis encontrar en el siguiente enlace: http://www.bubok.es/libros/216074/Afuera-estan-los-zombies-pero-la-casa-esta-embrujada

Una cita ineludible para todo aquel que disfrute con una buena historia de terror. Os aseguro que más de una os robará una sonrisa. Otras, os pondrán los pelos de punta. Literalmente.

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