WitchDoctor: A golpe de bisturí
Reseña del cómic de Brandon Seifert y Lukas Ketner publicado por Planeta DeAgostini
A veces no es necesario transitar caminos nuevos para conseguir perpetrar una genialidad. Si os digo “cazadores de monstruos” o “investigadores de lo sobrenatural”, seguro que os viene a la cabeza al menos una docena de obras que han tratado el tema con mayor o menor fortuna. Y con enfoques muy distintos, desde las reconversiones del Van Helsing creado por Bram Stoker al propio Mulder de Expediente X. Sin embargo, aunque me pasara el artículo haciendo comparativas con unos y otros, no sería capaz de lograr que os hicierais una idea de qué es este WitchDoctor que inaugura su colección con A golpe de bisturí. Y eso es porque, aunque discurra por caminos ya transitados, lo hace con un carácter tan propio que parece que esto sea algo nuevo.
La idea es la siguiente: tenemos un doctor —ejem— que se dedica, con la ayuda de sus conocimientos y una serie de artefactos entre arcanos, científicos y peregrinos, a investigar a las criaturas sobrenaturales que habitan en nuestro mundo para irse preparando para un acontecimiento de proporciones cósmicas, claro. Por supuesto, cuenta con la asistencia de dos ayudantes; estos sin salirse del estereotipo brillan con carácter propio.
El panteón de criaturas sobrenaturales —y siniestras, faltaría más— bebe de las fuentes clásicas y también, muy principalmente, de los Mitos de Cthulhu desarrollados por H.P. Lovecraft y sus seguidores. Pero lo hace de un modo muy peculiar, con un enfoque novedoso que busca la aproximación científica a un universo que, per se, atenta contra toda lógica. O quizás no.
Está claro que Brandon Seifert, el guionista, se mueve como pez en el agua en estas aguas contradictorias y apasionantes. No duda en meter vueltas de tuerca por doquier —¿alguien dijo leyendas artúricas?— y, a pesar de los rizos, contra todo pronóstico, el mundo que nos presenta se vuelve cada vez más coherente y sólido. Este, sin duda, es uno de los grandes ganchos de la serie.
Otro, de igual o parecida importancia, es el tono socarrón de la historia. El WitchDoctor que da nombre a la serie está de vuelta de todo, como no podría ser de otra manera visto el percal, y se enfrenta a la adversidad con no poco sentido del humor y dando al término “científico loco” una dimensión insólita.
Y otro más es el buen equilibrio que mantiene con la parte de terror, sin la cual el cómic se quedaría cojo. En esta tiene tanto peso el buen ritmo de la historia como las ilustraciones que nos brinda Lukar Ketner. WitchDoctor: A golpe de bisturí es un cómic de terror de verdad. Por muy humorístico que sea, el despliegue gráfico es perturbador, inquietante y escalofriante. Todo un despliegue que nos sumerge en una dimensión paralela y termina de dotar de autonomía a la propuesta.
El resultado es una obra muy original, que se lee de un tirón, que resulta fascinante, fresca y tremenda y que deja con ganas de muchas más entregas. La edición de Planeta DeAgostini tiene el acierto, además, de recuperar el fancine original en el que nació el personaje. Muy recomendable para todos los amantes de la fantasía oscura. Indispensable, diría.
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