Wes Craven II

Imagen de HPLovecraft

Segunda entrega de esta serie de artículos sobre el cineasta

 

Podéis leer la primera en Wes Craven

 

La cosa del pantano

Swamp Thing, 1982, 91 minutos

Guión: Wes Craven

En los más oscuros pantanales de Florida, en la temible región de los Everglades, un científico genial, el doctor Alec Holland, y una atractiva agente del gobierno, Alice Cable, han desarrollado una fórmula secreta que podría acabar con el hambre en el mundo y cambiar la civilización para siempre. Sin embargo, su mortal enemigo Arcane está tramando robar el invento con fines malvados. Arcane saquea el laboratorio y rapta a Cable, después de rociar a Holland con el invento químico y darlo por muerto. Pero, mutado por su propia fórmula, Holland se convierte en la bestia del pantano, un superhéroe mitad humano, mitad vegetal que no se detendrá ante nada para recuperar a la hermosa Cable y vencer al malvado Arcane... aunque le cueste su nueva vida. La película es la primera adaptación de tres, hasta el momento, que se realizó el conocido cómic de terror del guionista Len Wein (creador de la segunda génesis de los X-Men) y el dibujante Berni Wrightson (uno de los dibujantes más macabros y artísticos).

Craven dirigió esta película, que trata a su manera de ser fiel al argumento del cómic sin conseguirlo, con escasos medios y una lamentable puesta en escena. La caracterización de Louis Jourdan como la Cosa del pantano resulta sinceramente patética de una forma que no tiene disculpa siquiera por la cantidad de años transcurridos. La abundancia de enfrentamientos entre los secuaces de Arcane y la indestructible Cosa del pantano aleja la película del género de terror hacia el del aburrimiento (que no es un género concreto, pero engloba muchísimas películas). Si tradicionalmente Alan Moore se ha mostrado reacio a que su nombre apareciese en las adaptaciones de sus obras, siendo V de Vendetta (V for Vendetta, James McTeigue, 2006) y Watchmen (Zack Snyder, 2009) auténticas obras maestras, con esta película asesinaría a Wes Craven con sus manos desnudas. Sólo salvaría la película declararla obra de culto para los aficionados al misterioso personaje de cómic, pero sinceramente creo que ni así.

 

Invitación al Infierno [TV]

Invitation to Hell, 1984, 96 minutos

Guión: Richard Rothstein

Cuando una familia se muda a un bonito vecindario de California, todo parece marchar bien. Los vecinos son limpios, educados, y hay un local de spa cerca de su casa al que todos los miembros de la ciudad pertenecen. Al principio dudan unirse a él hasta que sus vecinos y compañeros de trabajo les insisten para que lo hagan rápidamente. La familia comienza a sospechar algo extraño por el interés tan grande de sus conocidos, pero no son capaces de adivinar la verdadera razón. La mujer y los niños están dispuestos a ello pero el padre, escéptico, teme algo maligno en el spa. ¿Es el padre algo supersticioso o realmente hay algo que temer en ese extraño club? Más o menos esa sería la sinopsis de un club de spa en el que todos sus miembros han vendido su alma al Diablo (como dijo Neil Gaiman en su obra maestra The Sandman: igual que una mujer compraría pescado en el mercado, poco más o menos). Pero en esta ocasión sí existe un contrato con el Innombrable (y no me refiero a Hastur).

Nuevamente Wes Craven dirige una película cuyo guión no es de su invención y, para más inri, directamente para consumo televisivo. Sin embargo, el resultado es bastante mejor del habitual hasta este momento de su carrera. Si bien es cierto que existen grandes lagunas en la película que quedan sin explicar, aunque se llevan la palma el quién y el para qué está realizando esta especie de invasión de clones en una suerte de guiño a La invasión de los ultracuerpos (Invasion of the body snatchers, Philip Kaufman, 1978). Por cierto que el actor Kevin McCarthy apareció en la versión de Don Siegel de 1956 y tuvo un cameo en la versión de 1978. En este caso la película no tiene tinte político alguno y, unido al hecho de usar algunos recursos de otras películas clásicas del género y otros más acordes con el cine de ciencia-ficción, la hacen una película fácilmente olvidable, desaconsejable para asociar con Wes Craven, dada su moralina a favor de la fidelidad a la familia por encima de todo.

 

Pesadilla en Elm Street

A nightmare on Elm Street, 1984, 91 minutos

Guión: Wes Craven

Un grupo de jóvenes sueña con un individuo con el rostro quemado y cuchillas en los dedos que va asesinándolos a medida que entran en su mundo, a todos excepto a una joven que le podrá hacer frente. He dejado la sinopsis así de breve para poder extenderme en la que sin duda es la obra maestra de Wes Craven y por la que se le pueden perdonar todos sus desmanes. La creación de Freddy Krueger proporcionó un nuevo icono al cine de terror muy encima de otros como puedan ser Leatherface de La matanza de Texas (The Texas chainsaw massacre, Tobe Hooper, 1974) o Pinhead de Hellraiser (Clive Barker, 1987), si bien mi favorito es este último. Es claramente heredera de La matanza de Texas y, al igual que los 70 fueron la década del te podría pasar a ti, los 80 fueron la época dorada del cine con grupos de jóvenes masacrados por docenas, bonita tendencia que ha seguido hasta la actualidad y que el propio Craven potenció con la creación de otro icono de terror, el fantasma de Scream.

Con presupuesto estimado de un millón ochocientos mil dólares, y unos dos meses de rodaje, la película fue un éxito de taquilla inesperado, recuperando la inversión el fin de semana de su estreno. Wes Craven había creado un monstruo y una máquina de hacer dinero. Y ello a pesar de que la segunda parte se salta las normas impuestas en la primera y sólo la tercera parte, Pesadilla en Elm Street 3: Guerreros del sueño (A Nightmare on Elm Street 3: Dream Warriors, Chuck Russel, 1987) añade algo nuevo a una saga que se basó en nuevas y originales formas de matar adolescentes con unos efectos especiales muy atractivos para la época. Las frases Si Nancy no se despierta gritando, es que no despertará jamás o Hagas lo que hagas, nunca te duermas fueron tan impactantes como el cántico de las niñas que juegan a la comba (en su versión original): One, two, Freddy's coming for you / Three, four, better lock your door / Five, six, grab your crucifix / Seven, eight, gonna stay up late / Nine, ten, never sleep again.

 

Hibernado vivo [TV]

Chiller, 1985, 104 minutos

Guión: J.D. Feigelson

Al no hallarse cura para el mal que padece, Miles Creighton es sometido a un proceso de criogenización con el objetivo de dar tiempo a los científicos para que investiguen su dolencia. Al cabo de los diez años se produce un malfuncionamiento del cilindro y comienza a descongelarse. Rápidamente es llevado al hospital donde es operado de urgencia con los medios disponibles en ese momento, que son un completo éxito y reviven a Miles. Cuando regresa a la empresa de su padre, ya fallecido tiempo atrás, comienzan a producirse una serie de muertes inexplicables que le apuntan a él como principal sospechoso. Y es que es cierto que Miles ha regresado como un egoísta que parece no mostrar el menor escrúpulo a la hora de conseguir lo que quiere en su nueva vida pero, ¿hasta el punto de llegar a asesinar para conseguirlo? Y hasta aquí puedo leer, para no destripar una película aburrida per se, y que el hecho de conocer más detalles de la trama no va a ayudar a hacerla más amena.

Carente de escenas impactantes, el único susto hubiera sido tener que pagar por ella, aspecto de la que se supone que los norteamericanos estaban libres por ser una película directamente para la televisión. Nuevamente el hecho de que el guión no fuera del propio Craven, y después del éxito en taquilla de su Pesadilla en Elm Street, da que pensar que el director cumplió con lo que se esperaba de él sin tampoco prodigarse en genialidad. La enseñanza moral de la película para decir que si una persona es criogenizada, cuando regrese lo hará sin alma, y por lo tanto ya no será la misma persona. En definitiva, Hibernado vivo es una película meramente correcta a nivel técnico, con unas actuaciones de la categoría de sus protagonistas principales: Michael Beck, cuya carrera ha transcurrido principalmente en el mundo televisivo y Jill Schoeller, cuya carrera duró hasta 1996 apareciendo en series como La casa de pradera, Se ha escrito un crimen y Diagnóstico asesinato y reapareciendo de nuevo en un cortometraje de 2006.

 

Las colinas tienen ojos 2

The hills have eyes 2, 1985, 86 minutos

Guión: Wes Craven

Varios años después de la matanza de las montañas, Bobby, uno de los pocos supervivientes, se ha casado con Ruby. Juntos dirigen un equipo de motocross y organizan un viaje en autobús para competir en una carrera. Cuando están atravesando el desierto, deciden coger un atajo, con la mala suerte de que sufren una avería cerca de las montañas... Pese a que a veces no se cumple la frase de Cervantes, segundas partes nunca fueron buenas. Y tanto es que así que Craven se ve obligado a recurrir a flashbacks de la primera parte para rellenar metraje que, aún a pesar de todo, no llegó ni a la hora y media (por suerte, podríamos añadir). Fue todo un acierto que el remake de la segunda parte olvidara por completo la historia original y se decantase más por ese grupo de soldados recorriendo el desierto y las cavernas en busca de la familia troglodita caníbal que había masacrado a los aburguesados aburridos de la primera. Si una película no necesitó nunca una segunda parte, sin lugar a dudas es esta.

Menos violenta y hemoglobínica que su predecesora, parece basarse en enfrentamientos cuerpo a cuerpo que resultan tan poco creíbles como una pelea de pitufos. No existe prácticamente tensión en sus ochenta y seis minutos y los escasos sustos que contienen son muy predecibles incluso para los inocentes años 80, cuando aún no habíamos visto todo y nos asustábamos hasta con Poltergeist (Tobe Hooper, 1982). Irregular y poco inspirada, los diálogos están bastante poco inspirados y se pierden demasiados minutos de metraje mostrándonos el desierto (una hermosura y todo eso, pero no es lo que el público quiere ver). Su precipitado final, quizá causado por una insolación masiva, nos libra de un final más agónico pero quizá nos priva de un par de vueltas de tuerca que pudieran haber salvado la película. Que no muestren todas las muertes resta la poca gracia que hubiera podido tener. La única crítica posible es que es una película ideal para dormir la siesta o conciliar el sueño por la noche.

 

The twilight zone [TV]

Más allá de los límites de la realidad, 1985-1986

Mucho me temo que estos episodios de la conocida serie no han pasado por mi videoteca, aun a pesar de estar disponibles en su versión de DVD. Por tanto me abstendré de crítica alguna y me limitaré únicamente a incluir un breve resumen de cada uno.

Temporada 1. Episodio 1: Shatterday / A little peace and quiet

Shatterday: Peter Jay Novins llama por teléfono a su casa solo para escucharse a sí mismo respondiendo al otro lado.

A Little Peace and Quiet: Una ama de casa que tiene que luchar diariamente con hijos rebeldes, un marido exigente y el estrés de la vida moderna, encuentra la tranquilidad de una inusual fuente que le trae tanto poder como responsabilidad.

Temporada 1. Episodio 2: Wordplay

Wordplay: Un vendedor de una firma médica se percata de que todo el mundo a su alrededor está sufriendo una transformación lingüística.

Temporada 1. Episodio 8: Dealer's Choice

Cuatro amigos que suelen jugar partidas de póker juntos se reúnen con un misterioso suplente de uno de los jugadores llamado Nick.

Temporada 1. Episodio 12: Her Pilgrim Soul

Dos científicos deben descubrir la razón por la que el espíritu de una mujer está reviviendo una vida anterior dentro de su ordenador holográfico.

Temporada 2. Episodio 7: The Road Less Travelled

El prófugo de la era de Vietnam Jeff McDowell percibe algo familiar en un hombre con silla de ruedas que ha aparecido en su casa de improviso.

 

Amiga mortal

Deadly friend, 1986, 99 minutos

Guión: Bruce Joel Rubin

Hasta una pequeña ciudad del medio Oeste de Estados Unidos llega un muchacho que posee un gran talento para la mecánica y las matemáticas. Le acompañan su madre y un robot fabricado por él mismo, de reacciones humanas y facultades excepcionales. Pronto se hace buen amigo de una chica que vive frente a su casa, pero ésta muere de una paliza que le propina su autoritario padre. El joven se resiste a aceptar que ella ha muerto e introduce el cerebro del robot en el cadáver de la chica... Y aquí tenemos cómo Wes Craven realiza un ejercicio de dirección con un guión en versión adolescente de La novia de Frankenstein (Bride of Frankenstein, James Whale, 1935) aunque debemos recordar que la criatura nunca tuvo nombre, o más en nuestros días, La novia de Re-Animator (Bride of Re-Animator, Brian Yuzna, 1990). En este caso la amiga mortal es la bellísima Kristy Swanson: Flores en el ático (Flowers in the attic, Jeffrey Bloom, 1987) o Buffy, la cazavampiros (Buffy, Fran Rubel Kuzui, 1992).

Destinada de nuevo a un público no muy exigente pero que disfruta del terror de los 80, Amiga mortal tiene todos los ingredientes necesarios para divertir sin quedarse mucho tiempo en la memoria (salvo alguna que otra escena que, de pura brutalidad, resulta cómica). Los efectos especiales son muy correctos para el año 1986 y el ritmo de la película es lo bastante bueno para no permitir el aburrimiento del espectador. La transformación del personaje de Kristy Swanson resulta algo terrorífico visto con unos ojos algo más inocentes: desde una adorable, encantadora y preciosa muchacha hasta poco menos que una Terminatrix dispuesta a aniquilar a todo aquél que tenga un comportamiento que ella juzgue incorrecto con su amigo Tom. Dicho personaje estaba interpretado por Michael Sharrett, que recibió una nominación al Mejor actor joven en una película de terror por su papel en esta película. No obstante, casi la totalidad de la carrera artística de Michael Sharrett se ha desarrollado en series de televisión.

 

Falsificadores [TV]

Casebusters, 1986, 44 minutos

Guión: George Arthur Bloom / Don Roos

Jamie y Allie son dos hermanos a los que les gusta meterse en la piel de detectives e investigar por su cuenta cada caso que se pone a su alcance. Mientras visitan a su abuelo, que vive en una granja, Allie descubre un día a un joven entrando en una casa y robando comida. Con esta sinopsis, el espectador medianamente avezado ya se da cuenta que nos encontramos ante una película familiar, en concreto de la factoría Disney. Y no, no la he visto ni ganas que he tenido de hacerlo. Por desgracia el tiempo es un bien muy valioso y, por genial que sea esta película, ya me toca tragarme bastantes bodrios oficiales como para encima ver una película como esta por amor al arte. No obstante puede surgir una pregunta, o cuando menos me surgió a mí escribiendo este artículo. ¿Qué demonios hace Wes Craven, teóricamente experto en cine terror, dirigiendo un cortometraje para los Estudios Disney? Este es uno de esos misterios que la ciencia actual aún no está preparada para responder. Y yo, menos.

 

Continuará...

 OcioZero · Condiciones de uso