Futuro salvaje

Sobre el reportaje de fauna futurista producido para el Discovery Channel en 2003

Futuro salvaje (también traducido como El futuro es salvaje a partir del original The Future is Wild) es un peculiar reportaje que pretende acercar los procesos evolutivos al espectador transportándolo hacia el futuro. En vez de mostrarnos cómo evolucionaron distintas especies ya extintas o no, en él se postula cuáles podrían ser los animales que poblarían la Tierra en tres lapsos de tiempo muy concretos: dentro de 5 millones de años, dentro de 100 millones de años y dentro de 200 millones de años. Hay una premisa adicional: se postula la ausencia del ser humano en dichos momentos —aunque no se explica esta— para evitar las interferencias más bien impredecibles que genera nuestra especie.

La idea básica es apoyarse en conocimientos científicos de distintos campos —botánica, geología, climatología, paleontología, etc.— para modelar unos posibles ecosistemas futuros que tengan una base lógica y razonada. Para ello se ha contado con divulgadores y expertos en las distintas materias que intervienen durante el reportaje, intercalados con imágenes “reales” de los animales, y explican sus postulados. Es, en cierto modo, un reportaje de ciencia ficción, de fauna ficción prospectiva.

No obstante, hay dos elementos que terminan acercándolo más a los dominios de la fantasía —sin que por ello, todo sea dicho, pierda de vista su objetivo inicial: explicar los mecanismos evolutivos en un contexto poco común—. Por un lado, los momentos temporales elegidos están tan alejados de la actualidad que cualquier posibilidad es plausible dentro de unos límites, y eso aun habiendo sacado al hombre de la ecuación de un modo “limpio”.

Por otro lado, los creativos de la serie, quién sabe si movidos por sus propios anhelos o por la idea de que unas criaturas cuanto más extrañas más atraerían la atención del público, se han dejado llevar y nos presentan resultados evolutivos muy pintorescos. Sí, es cierto que la naturaleza no deja de sorprendernos incluso a día de hoy —cuánto más lo hará dentro de 100 millones de años—, pero únicamente en la primera parte del reportaje tenemos una cierta sensación de continuidad con la fauna conocida.

En cualquier caso, esto no resta ningún interés al reportaje. Digamos que, simplemente, lo encuadra en una línea peculiar. Los efectos visuales hacen el resto. La técnica de filmación recuerda a la utilizada en los documentales que se han rodado en los últimos tiempos sobre dinosaurios y megafauna, pero está aplicada a ese hipotético mundo futuro que hará las delicias de cualquier fan de Flash Gordon.

En resumen, Mundo salvaje es un peculiar documental divulgativo de ciencia ficción extravagante en sus premisas y muy bien realizado a nivel técnico.