En los suburbios del destino

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Reseña de la obra de Michael Bishop publicada por Grupo Ajec

 

Llevo todo el fin de semana bastante contrariado. Tan solo hace un par de horas que finalicé la lectura del libro de Michael Bishop, En los suburbios del destino, que Grupo Ajec ha hecho llegar a las librerías y, desde ahí, hasta mis manos, y aún no me he recuperado del todo.

Estoy convencido de que el sentimiento de desasosiego en el que me encuentro tiene su origen en el contenido del grupo de relatos que han conformado mi lectura, y me siento incómodo.

Cuidado, que no es negativo que despierte en mí esas sensaciones. Para eso es este libro, más que un simple ejercicio de escritura creativa, para hacer aflorar emociones. El mérito de todo ello es del autor, que por algo ha ganado el premio Nébula y Locus y está considerado como uno de los mejores prosistas de la ciencia ficción. La inquietud conduce la obra desde su primer relato hasta el último. Las imágenes han sido creadas en un mundo onírico donde reina el desconcierto de las pesadillas.

Para conseguirlo ha empleado una narración cimentada en propuestas extraordinariamente inusuales que tanto te confunden como te obligan a enfrascarte más en la lectura. No quisiera entrar a analizar por separado cada uno de los relatos porque el conjunto (al ser el mismo autor el que compone el “todo”) tiene más fuerza que cada uno de los elementos que lo forman. No nos equivoquemos pensando que los relatos tienen conexión entre sí. Para nada. Son independientes el uno del otro, lo que agiliza la lectura y te da tiempo para pararte a escudriñar en tu interior y poder darle nombre a la sensación que poco a poco germina, regada por la prosa cuidada e impactante. No obstante, si tuviese que enlazar cada uno de ellos encontrando un mismo sendero por el que todos caminan, una lectura superficial podría llevarnos a pensar que el hilo conductor, el eje sobre el que giran la mayoría de los relatos, es la religión; modestamente, disiento. El punto de encuentro de la obra es la gallardía. Parece extraño cuando lo digo, pero creo que es la manera más acertada de definirlo.

Algún error de traducción puede llegar a empañar el ritmo de la lectura. De todos modos son detalles insignificantes que no merman en absoluto la fantástica calidad de una obra que recomiendo a todos aquellos que quieran despertar inquietudes olvidadas.

 

Autor

Michael Bishop (Estados Unidos, 1945), es un reconocido escritor de ciencia ficción y fantasía, galardonado con algunos de los principales premios de la ciencia ficción.

Empezó publicando relatos cortos en 1970, siendo algunos de sus relatos de 1973 ya nominados a los premios Hugo y Nebula. En 1975 llegó su primera novela, “A funeral for the eyes of fire”, a esta le siguieron varias novelas y muchos relatos, hasta que en 1982 alcanzó el premio Nebula por su obra más reconocida: “Solo un enemigo, el tiempo”, reconocida como una de las mejores novelas de ciencia ficción del siglo XX. Entre sus muchas novelas posteriores, solo unas pocas han sido traducidas al español: “La transfiguración del conde Geiger”; “Jugadas decisivas”; o “Desgraciadamente Philip K. Dick ha muerto”.

Bishop destaca también en la escritura de relatos, siendo uno de los escritores más originales que cultivan este género en el género fantástico actual. Ha publicado siete antologías de relatos que reúnen la mayor parte de sus producción corta.

Bishop es uno de los escritores más reconocido y admirado por sus compañeros de profesión; esto le ha llevado a escribir novelas y novelas cortas en colaboración con varios escritores como Paul di Filippo o Ian Watson. Además ha cultivado otros géneros como la poesía, o el ensayo, y ha sido colaborador habitual de periódicos como el New York Times o el Washington Post.

 

Senén Lozano

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