Micro

Reseña de la novela de Michael Crichton publicada por Plaza y Janés

Aunque parte de una premisa de ciencia ficción, Micro es, principalmente, una novela de aventuras. En ella se nos plantea la existencia de una tecnología que permitiría modificar el tamaño de las cosas (y su masa), tanto para aumentarlo como para disminuirlo. No hay ninguna explicación al respecto ni se contemplan posibles absurdos que saltan a la vista y han sido largamente tratados en el género: Micro solo usa la posible existencia de esta tecnología para acercanos una epopeya de aventuras de corte clásico.

El planteamiento y la ejecución de la obra nos recuerda de inmediato a Parque Jurásico: un científico “loco”, un grupo de expertos que se ve atrapado en un mundo aparentemente imposible y una lucha contrarreloj por la supervivencia. En el libro se utilizan, de hecho, muchos recursos que nos recuerdan a la citada obra, desde la caracterización de los personajes al desarrollo de la trama.

El marco, sin embargo, es muy distinto: en vez de mirar maravillas del pasado, vamos a contemplar otras que están al alcance de nuestra mano (a veces incluso en nuestra mano) para redescubrirlas bajo un prisma distinto. Micro se ambienta en una selva repoblada ubicada en Hawai, y los protagonistas de la misma deberán aprender a moverse en un mundo repleto de insectos, arácnidos, microorganismos y plantas exóticas que, en su mayor parte, resultan hostiles. En paralelo, el autor juega con ideas de ciencia ficción para perfilar dispositivos, refugios y otros ingenios pensados para explotar dicho mundo en miniatura.

La obra funciona así como un survival horror relativamente amable (prima la aventura, pero hay algunas escenas dantescas). Los personajes se apoyan en estereotipos y trazos amplios para facilitar la conexión con el lector y dar más espacio al ritmo y la sensación de peligro constante. Micro reposa, sobre todo, en la maravilla que suscita el escenario.

Cabe señalar que, cuando Michael Crichton falleció en el 2008, la novela no estaba terminada, pero sí muy avanzada. Para finalizarla se ha contado con Richard Preston, que ha sido el encargado de cerrar los hilos que quedaban pendientes en la trama. Hay que decir que no se nota un ruptura clara en el libro, aunque quizás sí se acuse cierta precipitación hacia el cierre, como si Preston no se hubiera implicado realmente a fondo en el libro.

El resultado, en cualquier caso, no desentona, y Micro queda como una obra completa y terminada. Una que cumple con sus dos objetivos primordiales: despertar nuestra curiosidad sobre el “micromundo” que nos rodea y hacernos pasar un rato entretenido a través de improbables situaciones llenas de adrenalina.