Dark Corners

Imagen de HPLovecraft

Susan ha estado teniendo pesadillas en las que es atacada por un loco, quizás algo más que simples sueños.

 

Sinopsis

Susan ha estado teniendo últimamente una serie de pesadilla en las que es atacada por un loco. Ella está convencida de que esas pesadillas tienen que ser algo más que simples sueños. Un día despierta como una persona distinta, acosada por criaturas terroríficas. Pero, ¿cómo diferenciar los sueños de la realidad?

 

El director

Ray Gower es un director que se inició en el cine con un corto titulado The gift (2002) y ahora escribe y dirige la presente película. En el año 2009 colaboró como scrip consultant, un término de difícil traducción en castellano pero que viene a ser algo así como la persona encargada de asesorar en el guión de una película o libro, un consultor en definitiva, para la película A gothic tale (Justin Paul Ritter). Por el momento, no ha hecho público ningún otro proyecto en el que esté envuelto en materia cinematográfica.

 

La actriz

Thora Renee Birch, la estrella de la película, nació en California, Estados Unidos, en el año 1982. Su nombre procede de la feminización del nombre del dios Thor de la mitología nórdica y germánica. De hecho su apellido familiar es Biersch, también germano. Pese a ser ya una actriz conocida, da el salto a la fama con la película American beauty (Sam Mendes, 1999) y su interpretación de la Emperatriz Savina en la mediocre (en el mejor de los casos) Dungeons&Dragons (Dragones y Mazmorras, Caourtney Solomon, 2000).

Si nos centramos en la vertiente más fosca de su trabajo, su papel estrella aparece al interpretar a Liz Dunn en la siniestra The hole (Nick Hamm, 2001) en la que comparte protagonismo con la siempre hermosísima Keira Knightley. The hole fue uno de esos casos en los que las mentes pensantes deciden dejar el título en el idioma original, aunque en este caso no creo que fuese por una cuestión de fidelidad al original, sino para no despertar algún tipo de equívoco.

 

Análisis

Dark Corners, al igual que sucedió en su día con la película Memento (Christopher Nolan, 2000), está ampliamente abierta a interpretación por parte del público pero, como sucedía en el mencionado film de culto, sólo una es la correcta. Hay que reconocer, sin embargo, que el director no parece ofrecer las pistas suficientes como para un correcto análisis en un primer visionado y resulta bastante frustrante ver aparecer los títulos de crédito sin tener claro qué ha sucedido. La opinión generalizada es que la película no concluye realmente y que su calidad, por dicho motivo, deja mucho que desear. La sucesión de escenas de una realidad combinadas con escenas de otra es continua e implacable a lo largo de la película y parecen aproximarse a un clímax que no llega, dando la falsa sensación de un final que no es tal. Este tipo de desenlace donde no se dan respuestas a todos los interrogantes planteados durante la película, es algo bastante común en el cine oriental. Por desgracia, con la posible excepción de David Lynch, no es algo a lo que estemos acostumbrados.

Dark corners tiene similitudes con otras películas de terror y ficción que automáticamente pasan a convertirse en cine de culto por su calidad y escaso éxito comercial. Entre estas rara avis podemos encontrar Deathwatch, Dog soldiers, Hipnos, May, Sesión 9, The bunker o The hole (donde, como ya se ha mencionado, aparece Thora Birch interpretando a un personaje con dos facetas bien diferenciadas), por poner sólo algunos ejemplos. Ha sido acusada de lenta y repetitiva y, para ser sincero, dichas opiniones están muy fundadas. El punto de discrepancia se encuentra, en mi modesta opinión, en el hecho de que esos dos aspectos no tienen que ser necesariamente negativos. En efecto, la trama avanza lentamente. Esto, sin embargo, permite al director crear un elemento de tensión adicional: el lento transcurrir del tiempo, la ansiedad ante lo desconocido que está por venir, la incertidumbre de qué es real y qué no lo es. Lejos de la estética de videoclip que tanto triunfa hoy en día, Dark corners realiza un ejercicio narrativa visual moderadamente tranquila que nos permite disfrutar lejos de vertiginosos planos.

Con respecto al otro elemento de crítica, la repetición, mi opinión es que es un aspecto totalmente subjetivo y abierto a debate. Hace años se estrenó en España la película Atrapado en el tiempo (Groundhog day, Harold Ramis, 1993). En ella, Bill Murray se veía atrapado en un misterioso bucle en el tiempo por el que siempre regresaba al mismo momento: la mañana del Festival del Día de la Marmota. A pesar de que muchos encontramos interesantísimo el hecho de que el mismo día se repitiera una y otra vez, con el componente cómico que conllevaba, hubo un buen número de personas que despotricaron de la película tildándola de aburrida. El público en general aborrece las repeticiones, ya sean argumentales o en el patrón de la historia, como en este caso. Desde mi punto de vista prefiero compararlo a otra película posterior, Silent Hill (Christophe Gans, 2006), donde la repetición de elementos (en este caso me refiero a los escenarios) sirve como punto de referencia para separar los dos mundos que aparecen en la película y en los que trascurren acciones paralelas.

 

A partir de este punto, se incluyen detalles explícitos de la trama y el argumento.

 


 

Con respecto a la interpretación de la película, las hay para todos los gustos aunque de las que he leído no he encontrado ninguna que no tenga un par de inconsistencias argumentales. Hay quienes afirman que Susan Hamilton, la chica rubia, es una persona real con una vida idílica que tuvo la mala suerte de cruzarse en el camino de su psiquiatra, un sádico loco, y que los sueños son suyos cuando despiertan como Karen viviendo su infierno particular. También se dice que Susan estaría viviendo una experiencia cíclica en la que moriría una y otra vez para volver a aparecer en el Infierno y repetir de nuevo su muerte al despertar otra vez como Susan. En ambas explicaciones se minimiza el papel del novio de Susan o la razón por la que Karen debe sentirse culpable por lo que le está sucediendo, aspecto muy importante cuando recibe mensajes del estilo todo es por tu culpa por parte de varios de los personajes secundarios con los que se cruza en su periplo por el mundo oscuro.

No me las voy a dar de listo, cosa que sería muy fácil, y admito que para empezar necesité dos veces para comprender algunos detalles. Después tuve que buscar diversas interpretaciones de la película hasta que he encontrado una amalgama de ellas que, si bien no lo explica todo en su totalidad, justifica muchas de las imágenes e ideas que aparecen en la película. Veamos si sé explicarme… ¿Cuál de las dos protagonistas es la real? Muy posiblemente Susan, que sueña la vida de Karen... que posiblemente ya no es Karen. Existe un momento en el que la protagonista dice: el infierno es un bucle tormentoso en el que repites los pecados enterrados en los rincones más oscuros de tu alma, lo que para empezar justifica el título de la película. De lo que sacamos que, para empezar, la película no es más que una de las muchas repeticiones de los hechos que ya ocurrieron en un momento del tiempo y que, como sabemos por algunas tradiciones, los condenados se ven forzados a repetir hasta el fin de la eternidad.

El Dr. Woodleigh es el acechador nocturno, el violador, torturador y asesino de mujeres que mata a la joven Susan Hamilton. Cuando su marido logra atacarle y acaba con la vida del sádico psiquiatra son las 6:17 horas. Un minuto más tarde, a las 6:18 (cifra muy importante como veremos) Woodleigh despierta en su infierno particular con la identidad de Karen Clarke, donde tiene que vivir las atrocidades que él realizaba a sus víctimas en un bucle tormentoso, como hemos visto anteriormente. Así pues, las pesadillas que tenían tanto Susan como Karen estaban basadas en el pasado de Woodleigh, lo que explicaría la razón por la que aparece al final de la película reflejado en el espejo. Lo que Karen supuestamente ha hecho, son en realidad los actos desquiciados de Woodleigh y por ello, en el Infierno los actos del terrible acechador nocturno son aún más salvajes y brutales.

Cuando Susan hace ese comentario críptico acerca de enterrar los pecados, en realidad se refiere al momento en el Karen encuentra la caja, con el número 618 en la llave, donde Karen encuentra las fotos de todas las mujeres que mató en los días en los que era el acechador nocturno en el mundo real junto al arma, un puñal, empleado para los crímenes (y que ambos agarran con la mano zurda). Por supuesto cabe la opción que Karen no haya existido jamás realmente y se trate tan sólo de la encarnación de Woodleigh en el infierno, con un cuerpo similar al de la última mujer que asesinó. En ese aspecto no estoy nada seguro. Rizar el rizo, y es una explicación que no descarto, es que Susan Hamilton, Karen Clarke y el doctor Woodleigh sean la misma persona reviviendo la misma historia indefinidamente desde el punto de vista de la mujer real y su réplica morena infernal en la que sufriría el castigo por sus actos. Esto le convertiría por toda la eternidad en víctima, sufridora y verdugo, lo que tampoco estaría mal.

Lo que sí parece claro es que no es una película al uso, más bien parece una producción de David Lynch y, sólo por eso, ya merece mi más sincera admiración.

 

Calificación: 85

 

Ficha Técnica

Título original: Dark Corners

Dirección y guión: Ray Gower

Paises: Reino Unido / Estados Unidos

Año: 2006

Duracion: 95 Minutos

Género: Terror

Interpretes: Thora Birch (Karen Clarke / Susan Hamilton), Christien Anholt (David Hamilton), Glenn Beck (Mr. Saunders), Toby Stephens (Dr. Woodleigh), Joanna Hole (Elaine Jordan), Lorraine Bruce (Mary Sullivan), Ray Charleson (Mr. Kirke-Smith), Michael J. Reynolds (Dr. Richardson), Alan Perrin (Det. Jackson / Flint)

Producción: Nigel Thomas

Música: Andy Pearce

Fotografía: Paul Sadourian

Montaje: Simon Willcox y Charlie Harvey

Diseño de producción: Tim Keates

Vestuario: Charlotte-Rose Kay

Imagen de Patapalo
Patapalo
Desconectado
Poblador desde: 25/01/2009
Puntos: 209184

Pinta francamente bien la película. Confieso que me gustan estos escenarios laberínticos, aunque no sean para abordarlos en cualquier momento, y me has dejado intrigado con esta. Me la apunto.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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