El curro
Reseña de este primer cuaderno rosa de Ana, obra de Pacco & Pétronille publicada por Panini
Rosa, blanco y negro, así es este original “cuaderno” que nos presenta Panini Cómics. Eso sí, aunque el negro (del funesto panorama laboral) es uno de los ingredientes principales, es el rosa al final el que se impone en el tono general de la obra de Pacco & Pétronille. Y es que, aun cuando vienen mal dadas, siempre queda espacio para el optimismo. O, en su defecto, para una victoria pírrica sobre las circunstancias. El humor y el ingenio, sin duda, son dos buenos recursos en la actual situación que vivimos.
Porque El curro va de eso, precisamente: del curro, puro y duro. En concreto de ese curro en particular en el que te toca un jefe lunático y/o incompetente que te complica la existencia y, al mismo tiempo, te suministra material a espuertas para poder reírte luego con colegas (y, así, tener un parco consuelo).
Las situaciones que se retratan en el cómic son bastante concretas: una oficina moderna, que se me antoja muy francesa, una protagonista joven y de humor ácido, una jefa intermedia New Age... pero, al mismo tiempo, no dejan de ser cosas que, por C o por B, a todos nos terminan tocando por algún lado. Yo nunca he pisado una oficina convencional, pero a través de mis hermanos (que cada uno es de un gremio) he oído cosas si no iguales, sí muy parecidas. Por momentos, me reía con El curro como a veces por teléfono con ellos: con esa sensación agridulce de al mal tiempo buena cara.
Sí que hay que advertir, aunque creo que es innecesario en cuanto se ve la edición, que este cómic tiene un toque chick lit que nos recuerda a obras como El diario de Bridget Jones. El curro, eso sí, es más mordaz y encaja con un público más joven, el del universitario que se encuentra con la triste realidad de un primer trabajo.
Tampoco hay que llevarse a engaño: a pesar de la predominancia del color rosa en estos cuadernos de Ana, esta obra no tiene absolutamente nada de ñoña. De hecho, este rosa, combinado con el trazo desenfadado, dinámico y, en ocasiones, incluso algo agresivo de los dibujos, recuerda más a esas obras de jovencitas de mirada entrecerrada que han jugado con el binomio rojo – negro.
En definitiva, un cómic que nos recuerda que incluso con el lamentable panorama laboral que tenemos siempre se puede esbozar una sonrisa.
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