Númenes – El padre
Mitología vasca de mano de Unai Busturia y Julen Ribas
No puede decirse que haya sido una maniobra oportunista para aprovechar el “tirón” que va a tener, tal vez, la mitología feérica, gracias a la película de Guillermo del Toro “El Laberinto del Fauno” *. Este cómic es mucho anterior al estreno de ésta (el tebeo es de 2005), pero su lectura y el visionado han coincidido en el tiempo para mí, así que no puedo evitar ver ciertos elementos comunes entre ambos: la alternancia del mundo mágico con el mundo real, una niña como personaje principal, la que probablemente encierra más poder del que se percibe a primera vista, el reino subterráneo, la preponderancia de los caracteres femeninos, la violencia, la muerte, la noche... Ocurre a menudo, que al subconsciente colectivo, por llamarlo de alguna manera, le da por centrarse en un tema que se va manifestando repetidamente de diversas formas (véase el manido mundo de los templarios, la masonería y el Santo Grial). Y, ¿a quién no le gustan los cuentos de hadas? Se trata de un tema eterno e incombustible.
El dibujo de Julen Ribas acompaña sin duda al guion de Unai Busturia y contribuye perfectamente a crear esa sensación de misterio y fantasía que rodea a las historias de miedo que se cuentan por la noche en la montaña o el pueblo, ya sea a la luz de la linterna o de la hoguera. A pesar de que en algún momento puntual se echa en falta algo más de dinamismo, y en ciertas viñetas un poco de proporción (ciertos paisajes y entornos realmente amplios, y ciertas criaturas realmente amplias también...), se disfruta con él. Los personajes gozan de una excepcional expresividad y de rostros tremendamente personales, cosa de que carecen a veces incluso ciertos cómics de renombre. Es una pena que algo relativamente sencillo en comparación, como la rotulación de los bocadillos y onomatopeyas, no transmita mucho, además de presentar un par de erratas, el intercambio de globos, uno de ellos en un punto álgido de la historia (¡maldición! con lo poco que hubiera costado revisarlo...).
La historia de la desaparición de la pequeña Alaitz y de su búsqueda por parte de su amiga Ira, la protagonista del cuento, se va alternando con la de Diego, señor de Vizcaya en la Edad Media, y Mari, su consorte de apariencia humana, pero también mucho más. De fondo está Gaueko, un ser oscuro y peligroso, con un comportamiento inexplicable, pero que, como ocurre con los seres mágicos, tiene una conducta que responde a ciertas reglas arcanas e incomprensibles para los seres humanos convencionales.
Los conflictos medievales contra el rey de Castilla y ciertos elementos poco recomendables del clero se van alternando con una historia contemporánea, localizada en Mondragón, de aparente intrascendencia al principio, pero sólo al principio. Alaitz se ve atrapada por el poder de la noche, y sólo su amiga Ira puede hacer algo para sacarle de esta.
Iratxo irá pasando por ciertos momentos que por ser algo clásicos no dejan de tener alicientes, como el ir desentrañando la trama a base de consultar fuentes más o menos fiables (Google y la red por la noche, ese momento informático nocturno, la sabiduría de la abuela, la anciana propietaria de un misterioso almacén repleto de artefactos...) y aproximándose a la increíble verdad.
Se trata de una historia que, sin ser simple, pasa rápido y bien. Quizá sí, como decía, tiene unos cuantos elementos típicos y poco sorprendentes, como la lucha contra un imperio central castellano y un cura verdaderamente malvado (que, quién sabe, quizá tenga también sus propios trapicheos con el lado oscuro...). Pero, a fin de cuentas, y como suele decirse, “es lo que hay”, ¿no? O lo que hubo.
Es un bonito y entretenido recorrido por la mitología vasca, que consigue enganchar. Un relato lleno de personajes interesantes (aunque, en ocasiones, algo estereotipados) en un ambiente de leyenda que ya resulta atractivo de por sí. Una narración fantástica como sólo puede verse a través de los ojos inocentes de una niña, lo que no quiere decir que un adulto no pueda pasar un buen rato leyéndola o que esté dirigido a niños (ojo, que hay criaturas diabólicas, desnudos, sangre y vísceras).
La historia continúa en Númenes - La hija, también reseñada por Anne Bonny en OcioZero.
(* El artículo original se publicó en octubre de 2006)
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Tiene muy buena pinta. Este me lo apunto. Gracias por la reseña
Somos el tejido del que estan hechos nuestros sueños