Cómo molaba este juego!!
Golden Axe
Épica a raudales en la búsqueda de la mítica hacha de oro
Si hay un beat 'em all que me ha hecho soñar horas ha sido el Golden Axe. Creo no exagerar si digo que es el referente de toda una generación. Y es que, a pesar de sus limitaciones, el juego estaba muy bien concebido tanto en la ambientación como en la jugabilidad.
El primer aspecto era muy importante. Por aquella época (1989-1990) empezábamos a disfrutar del HeroQuest, Willow y otras joyas de la fantasía épica. El Golden Axe cubría la parte videojuego a la perfección, fuera en las máquinas recreativas o en ordenadores privilegiados, como el Amiga. La historia es el clásico más clásico de todos: un grupo de héroes, o un héroe solitario, que se enfrenta a las fuerzas del mal, a las que tiene que arrebatar un artefacto mítico.
La elección de personaje era bastante clásica también: el enano, la amazona y el bárbaro -o el guerrero, que la melena no se veía muy bien-. Cada uno tenía sus golpes particulares y, sobre todo, dominaba un tipo de magia diferente.
El juego era lineal: se avanzaba de izquierda a derecha de principio a fin de un escenario, al final del cual se encontraba al gran malo de rigor. Además de saltar, el personaje se podía mover en cuatro direcciones (había una perspectiva isométrica muy básica). Los personajes tenían también la posibilidad de correr (y cargar) y de hacer picados. Esto, junto a los “combos” de golpes (cuando empezabas a zurrar a un enemigo, este iba encajando golpes hasta quedar de rodillas, momento en el que aprovechabas para darle humillantemente en el coco), hacía que la jugabilidad fuera muy alta y los combates, que era prácticamente todo lo que había, no se hicieran repetitivos: incluso una lucha con tres matones podía ser emocionante.
Había detalles adicionales que aumentaban las posibilidades, como el poder hacerse con una de las sugerentes monturas (los pollos demoniacos del comienzo, los dragones, que en función del color tiraban fuego de una u otra forma) o el uso de magia, que era más potente y vistosa en función de las pociones acumuladas y el personaje elegido. Uno casi tabú era la posibilidad de pelearse con tu compañero, en principio por accidente, aunque ¿quién no se dedicó alguna vez a darse de palos solo por aumentar un poco el desafío o robarse unas pociones?
El aspecto estético estaba muy cuidado también. Los enemigos eran muy de fantasía heroica, tanto guerreros como esqueletos, y se encontraban también pinceladas más extravagantes, como los gigantes, que tenían un algo oriental. Detalles como las noches al raso perturbadas por las incursiones de los duendes ladrones eran muy de agradecer.
Es difícil valorar un juego tan connotado y viejo de un modo objetivo, pero creo que tampoco conduce a ninguna parte. El Golden Axe supo llenar a toda una generación de jugadores que apenas habíamos salido de la época del comecocos. Sus escenarios, su música, su ambientación, la horas de juego con los colegas (jugar a dos era el ideal), sus sugerentes esqueletos... todo ello quedará en la memoria y supongo que en algún emulador para los nostálgicos. Es más que suficiente.
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Es una de las obras maestras de Sega. No sé las horas que pasé con los colegas en las salas de máquinas, y las que pasé cuando lo conseguí para Megadrive. Incluso hace tiempo le dediqué un relato, publicado en la extinta Ociojoven. Obra maestra.
Hola, me llamo Íñigo Montoya, tú mataste a mi padre, prepárate a morir.
Retrogaming: http://retrogamming.blogspot.com/