El adepto de la reina

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Reseña de la novela de Rodolfo Martínez publicada por Ediciones Sportula

 

Reconozco, sin ningún pudor, que soy un maniático. Puede que suene menos enfermizo si cambio de palabra y uso “perfeccionista”, pero lo cierto es que es algo compulsivo.

En la modesta biblioteca que atesoro, en mi no menos modesto domicilio, los libros están clasificados por géneros para su mejor localización; dentro de cada uno de ellos, los organizo por subgéneros y estos, a su vez, los ordeno por autores (en orden alfabético, por supuesto).

Siempre he pensado que este rasgo de mi personalidad era una virtud más que un defecto. Pero este libro ha derrumbado todo mi sencillo, pero ágil, sistema de clasificación bibliográfico, y con él, toda mi estantería y su sintético ordenamiento. Mi sistema casero resultó inútil, pero eso no es todo: tampoco puedo emplear con esta obra el método de clasificación de la Library of Congress ni tampoco el método de Clasificación Decimal de Dewey (DDC).

¿Qué es? ¿Dónde encaja? ¿Ciencia ficción?, ¿novela histórica?, ¿de espías?, ¿de alienígenas?... Todo.

Rodolfo Martínez, escritor prolífico y ampliamente reconocido, ha creado una obra de difícil vinculación genérica: en el marco de un mundo fantástico, creado por su imaginación, las maquinaciones y la inquina sostienen el frágil equilibrio entre las dos facciones (los Pueblos del Pacto y el Martillo de Dios) surgidas tras un gran conflicto bélico. La Guerra Fría se nutre de rumores, información , sospechas y secretos, y se necesita para ello una red de espías que mantenga la quebradiza calma que sólo se mantiene por la desconfianza que se profesan ambos bandos.

El máximo exponente de entre toda la red de agentes, aquel a quién todos querrían tener en sus filas, es Brandan, Yástor Brandan. Adepto Empírico al servicio de su majestad, la reina de Alboné. Este nada humilde adepto del servicio ejecutivo es el personaje central de esta novela. Personaje que evoluciona, crece y adquiere una tercera dimensión emocional durante su transcurso por este recorrido. Pero no lo hace solo, y no lo consigue sin ayuda.

El percutor que detona la vertiginosa acción que domina la novela es la aparición de un tercer elemento en discordia. Un grupo ajeno a los dos bloques antagónicos en los que se divide el mundo de posguerra. Un tercer actor en esta trama que amenaza por igual a los dos bandos enfrentados y a todo lo establecido. Unos advenedizos que no dudarán en usar las bombas de Malas Noticias que han reproducido a partir de las que han robado en las naciones en conflicto.

El futuro; el equilibrio establecido se tambalea…

¿Comprendéis ahora mi duda acerca de cómo clasificarlo?

El libro es una fantasiosa historia de espías, donde el personaje (ahora arquetipo) creado por Ian Fleming es el hilo conductor en un mundo paralelo al nuestro, donde la sociedad vive en un nivel de tecnología comparable con varias etapas de nuestra historia ¿real? como la Edad Media (con sus terratenientes, diezmos…) y la era de la revolución industrial (con sus zeppelines, sus sumergibles…). Todo esto marinado con un sugerente velo histórico que nos retrotrae a la vívida Segunda Guerra Mundial.

No por haber empleado paralelismos deja de ser interesante. Todo lo contrario. Los guiños a personajes históricos, literarios, del mundo del séptimo arte e incluso simplemente inventados, pero que obligan a buscar el juego de palabras (aunque no exista), completan un todo curioso y ameno no exento de profundidad y calidad.

“Cienciaficcionmente”, he de decir que la creación de los “mensajeros” como adelanto a la nanotecnología que un día podría llegar a ser me inquieta y (sinceramente) me preocupa. El aspecto de dependencia que se desprende, la inconsciente (¿o consciente?) adicción a la que nos empuja y la indiferencia resultante de un aprovechamiento sin consecuencias negativas de una situación de ventajosa me preocupa. ¿La ignorancia es la felicidad? La lectura inquisitiva que le he dado así lo expresa. Espero que el desarrollo de esta ciencia no nos depare el futuro que adelanta la novela.

Los “carneútiles” no son menos inquietantes. Seres salidos de vainas, frutos de árboles que conforman unos bosques (“bosqueoscuros”) de los que nadie recuerda su origen. Seres que acatan las órdenes y deseos de aquel que tiene la mayor voluntad. Seres que han surgido para servir. Seres que son incluso más importantes (en algún caso) que las personas mismas. Seres de los que depende la línea real de Alboné, puesto que la estirpe depende de ellos para subsistir. ¿Alguien ha visto La invasión de los Ultracuerpos? (-Invasion of the Body Snatchers- 1978). Similar, pero teóricamente domesticado.

 

LO MEJOR: Agilidad frenética prácticamente de principio a fin. Personajes (aquellos que merecen un primer plano), con profundidad y desarrollados. Derroche de imaginación (en muchos aspectos) y un argumento nada simplista, con recovecos, giros y transiciones que hacen de la lectura algo entretenido y evolutivo. Paralelismos con nuestra realidad que más de una vez harán que dibujemos una sonrisilla.

LO PEOR: Personalmente me gustarían más descripciones del Érvinder, que se desarrollaran bastante más los escenarios. Existen momentos en los que falta desarrollo o explicación; una varita mágica logra que todo salga bien (son escasos pero aun existiendo la fantasía y la ciencia ficción…). Muchos (pero que muchos) cabos sueltos. Muchas preguntas sin respuesta. Creo que la obra con semejante final abierto daría para varias trilogías, cuentos, sagas, fanzines, tebeos, películas… Anda que no sabe nada.

 

Por cierto, en cuanto en porqué la incluiría en el género de alienígenas (¿existe un género con este nombre o me lo acabo de inventar?), sacad vuestras propias conclusiones.

PD: Ya sé donde voy a colocar el libro en mi estantería. Crearé una nueva sección. La voy a llamar “Encaje de Bolillos”.

 

Senén Lozano

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