Horror Hispano Fanzine 2

Un comentario sobre la segunda entrega de esta revista de terror auspiciada por el portal web H-Horror.

En un panorama en el que parecían escasear las publicaciones de género profesionales en papel fue un placer encontrarme con este Horror Hispano fanzine 2. Confieso que me hice con él con la malsana intención de colar mis relatos en futuras convocatorias (ardid que funcionó en parte, pues conseguí un hueco en la convocatoria Más allá tras estudiar al “enemigo”). Solo por el placer lector, en cualquier caso, hubiera valido la pena pagar los 4 euros que cuesta.

Horror Hispano 2 es una publicación coordinada por el portal H-Horror y editada por la Editorial Círculo Rojo (por lo visto, la asociación fue probando distintos sistemas para lanzar la revista, pues las siguientes convocatorias ya no se hicieron con este sello). No es una simple recopilación de relatos, sino una revista centrada en el horror hispano, en esa forma de hacer terror con sello propio. Por eso, en sus páginas encontramos también una entrevista a Arancha Sanz, la joven escritora que se hizo con el I Certamen de relatos de terror Círculo Rojo, ilustraciones de Francisco Iglesias Vieitez y Migue Guillamón o el interesante artículo de Anabel Areal sobre “El arropiero”.

Los relatos que componen el número son los siguientes:

00:01, de Javier Pellicer, una breve e impactante historia sobre premoniciones y laberintos oníricos, clásica pero muy bien ejecutada.

Ouico, de Xuan Folguera, una narración en la que se juega con el retrato social y la frontera difusa entre lo legendario y lo cotidiano con mucho acierto y escalofrío final.

Quercus Ilex, de Senén Lozano, que aborda uno de los temas recurrentes del horror urbano jugando con la omisión deliberada.

El mensajero, de Julián Muñoz, que nos trae un contrapunto melancólico en el que se juega, de nuevo, con la dualidad realidad cotidiana – situación insólita.

La cara de la perversidad, obra de Erath Juárez, que mezcla el gore, el horror y la sugerencia en una historia que se va reconstruyendo en dolorosos pedazos.

Trágica confesión, de Gervasio López, un relato que nos plantea un inquietante y demoledor retrato psicológico que engancha y deja con ganas de más. Por suerte, el autor nos brinda más retazos de su universo a través del portal h-horror.

Con Ni un pelo, de Ender Warkowsy, y Esas cosas no pasan, de Eddie Matheson, tenemos una breve pausa humorística para respirar entre tanta angustia. En el primero, revisitamos el género de las epidemias zombis con notas de humor surrealista, mientras que en el segundo nos las veremos con el viejo tema de los objetos poseídos... de un modo peculiar.

En La víctima, de Rafael Pérez, retomamos la parte más oscura del género con una siniestra historia realista de venganzas y terribles fantasmas del pasado.

La deuda, de José Luis Cantos Martínez, nos presenta un escenario de fantasía oscura formidable que quizás no se aprovecha del todo en una extensión tan breve. Al mismo tiempo, es de los relatos más originales y sugerentes del conjunto.

Ya como cierre, broche de oro de la mano de Pedro Escudero Zumel: zzPop, el rey del barrio, un mezcla extraña de mitos de Cthulhu, aquelarres y retrato social castizo con un ritmo endemoniado. Magnífico.

El sabor de boca final que queda tras la lectura de la revista es muy positivo. Las historias quizás resultan algo breves y a alguna no le hubiera ido mal un repaso adicional, pero el conjunto es entretenido con notas sobresalientes. Lo que testimonia, sin lugar a dudas, es que hay una cantera formidable de autores de terror dispuestos a dar guerra.

A destacar la cuidada presentación de la revista, que viene a modo de libro de bolsillo con portada a color y un diseño interior detallista.