Northlanders: La viuda de la plaga

Imagen de Kaplan

Reseña del último volumen de esta colección publicada por Planeta DeAgostini

 

Hace unas semanas hablábamos en OcioZero de Demo, la primera de las obras de madurez de su guionista, Brian Wood. Hoy nos centramos en la última entrega aparecida en España de Northlanders, su más reciente creación. Dividida en arcos argumentales ilustrados por diversos artistas y sin mayor relación que el estar protagonizados por el pueblo vikingo, es fácil rastrear en esta serie el esfuerzo mayúsculo que ha desempeñado Wood a nivel de documentación y, además, la pasión que siente (y comparte con un servidor) hacia un pueblo tan inusual como el vikingo.

Hasta ahora el guionista ha ido saltando en el tiempo y el espacio, mostrando a un pueblo que no era sólo aquél que retrató de forma magistral Richard Fleischer en The vikings (1958), sino aquél que llegó a establecer asentamientos a lo largo y ancho de Europa, que no se movía por impulsos religiosos, sino por mero crecimiento celular y que acabó disolviéndose en la cristiandad como un azucarillo. En este cuarto tomo, La viuda de la plaga, la acción se centra en un asentamiento cerca del Volga asolado por el frío invernal y la peste negra durante esos años de decadencia vikinga. El punto de vista es de lo más atractivo: el de una mujer, recién enviudada, que tiene que hacer frente a una comunidad que la rechaza y que no tiene a donde huir con su hija pequeña. En este arco, el más amplio desde que comenzó la serie, la historia se desarrolla en varios frentes: la soledad de la mujer, la religión como superstición y su primera apertura hacia la ciencia, las intrigas de poder... Todo este crisol temático lo retrata Wood, como no podía ser de otra manera, con un estilo seco, riguroso y descarnado, pero no exento de emotividad: la relación maternofilial de la pareja protagonista remite en ocasiones a la establecida por McCarthy en La Carretera. Más allá de su propia supervivencia, el objetivo último de la madre es seguir viva para que su hija siga viva. Por si fuera poco, La viuda de la plaga tiene la suerte de contar con un dibujante en constante ascensión como Leandro Fernández (The Punisher MAX), quien, cada vez más refinado y económico, ilustra esta historia con una elegancia y un dominio de la expresividad envidiables.

Northlanders es una colección estimulante que, con unos modos de narración ágiles, invita a conocer mejor un pedazo de historia sepultado por su propia leyenda. Está hecha con mimo hasta en el más mínimo detalle y trasciende la mera reconstrucción histórica para ser algo más, como ocurre siempre con las obras de Brian Wood.

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