Paura, volumen 3

Reseña de la antología de terror contemporáneo editada por el Grupo Xatafi y Bibliópolis, y que contiene la selección correspondiente al 2006

Un año más, he podido disfrutar de esta antología de terror que se está convirtiendo en una cita inexcusable para los aficionados al género. Esto es así porque recoge una visión plural del terror (o el horror, según el caso) y por el elevado listón que colocan los autores de habla hispana. Voy a intentar reseñar el volumen relato a relato, rescatando las impresiones que cada uno ha dejado en mi memoria, pues me temo que hace ya meses que terminé su lectura.

Casa de muñecas: La antología se abre por todo lo alto. Juan Díaz Olmedo nos brinda una historia sobre vudú en la que todo encaja a la perfección, desde la atmósfera al ritmo, pasando por el propio planteamiento. Una narración de terror que llega a las cotas más altas del género y con una elegancia formal que debería ser norma. En tiempos escribí un relato con el mismo título, y ya no lo conserva: Casa de muñecas es el título perfecto para este relato sencillamente redondo.

Susurros: José María Tamparillas toma el difícil relevo con una historia que nos suena a conocida, la de una presencia extraña y repulsiva en el propio hogar, pero que termina evolucionando por derroteros tan hábiles como efectistas. Un relato para sufrir un cierto desasosiego y esa sensación de hormigueo por la piel tan desagradable como deseada cuando lees un relato de este tipo.

Huerto de cruces: Segunda historia de zombis de la antología, aquí visitamos el ambiente más castizo de la España rural de la mano de Santiago Eximeno. Un relato que, si no me equivoco, ya venía premiado y con motivo: con una sencillez argumental chocante, se nos va desvelando un oscuro misterio en el que se mezclan los temores atávicos, la ciencia ficción y, cómo no, el atormentado espíritu humano.

En el patio, con Mortimer, conmigo: Fabio Herreras toca el terreno de lo sobrenatural y de la psique humana en este relato sobre la muerte y el pasado que acosa a modo de remordimientos. Buceando en la mente del protagonista consigue imbuir de temor la del lector, que aguardará expectante un desenlace que llegará dentro de los cánones del género.

El extraño caso de Elías Fosco: Si existe un lugar en España en el que podemos encontrar toda la magia romántica y siniestra del archipiélago británico, sin duda éste es Galicia. O al menos ésa es la impresión que tiene uno después de leer este formidable relato de Miguel Puente Molins. Planteamiento clásico, resolución magistral, esta siniestra historia en la que se mezcla el folklore con los temores más actuales ha sido, de la antología, la que realmente me ha puesto los pelos de punta. Terror, sin más. Terror para el lector sin buscarle tres pies al gato.

En el museo hundido: Como lanza rota a favor de la importancia, a veces olvidada, que tiene el trabajo de la traducción, acepto, aunque no comparto, la decisión de incluir este relato de Gregory Frost en la antología. Se trata de un homenaje a Poe ya casi convertido en clásico que, no obstante, no ha llegado a hacer vibrar ninguna de las cuerdas de este lector, a pesar de su ingenioso planteamiento y su sorprendente –quizás demasiado- final.

Compañeros de juegos: Supongo que es imposible encontrarse una antología en la que el 100% de los relatos convenzan a un mismo lector, y me temo que esta obra de Rafael Ramírez Escoto ha sido mi oveja negra. Desde mi punto de vista, el relato tiene un planteamiento interesante y un desenlace efectivo que se echan a perder por la innecesaria y lenta recreación de los pasos intermedios, que ni resulta tan interesante, ni se combina bien con dichos puntos extremos. Se hubiera podido aligerar hasta la mitad de sus sesenta morbosas páginas, y hubiera ganado intensidad.

La cirugía del azar: Si Alfredo Álamo me sedujo totalmente en el pasado volumen, en éste cambia los papeles con Juan Díaz Olmedo, quedándose sólo en la corrección profesional y dejándole al otro el triunfo brillante. “La cirugía del azar” es, efectivamente, un relato llevado con mano firme y ejecutado a la perfección, original en el planteamiento e implacable en su concepción. Sin embargo, a pesar de todas sus virtudes, no tiene esa chispa mágica de “El hombre de la pala”, quedándose, al menos para mí, en un buen relato. Sin más.

Verde: Es posible que a causa de su parsimonia, las plantas no suelen estar incluidas en el top ten de cosas aterradoras, y es por ello que se agradecen los relatos como éste que nos presenta Carlos Martínez Córdoba. Algo confuso en algunos momentos, y aferrado a ese ritmo vegetal, la historia de “Verde” cumple su planteamiento y nos acerca un nuevo horror bien alejado de los entornos urbanos.

Consuelo en la luna: El cierre de la antología recae en un clásico de Paura: Marc R. Soto. Su relato no trae, no obstante, el broche que hubiera merecido este libro, desde mi punto de vista, por no tratarse, sencillamente, de un relato de terror. El giro final podría intentar meterle dentro del género, pero creo que es un relato que agradará más a los amantes de las historias costumbristas que a los lectores que, a priori, tendrá Paura.

Sinopsis

Antología de terror contemporáneo que recoge relatos de Juan Díaz Olmedo, José María Tamparillas, Santiago Eximeno, Fabio Ferreras, Miguel Puente Molins, Gregory Frost, Rafael Ramírez Escoto, Alfredo Álamo, Carlos Martínez Córdoba y Marc R. Soto.

Edición

Paura 3

Antología de Terror Contemporáneo

Grupo Xatafi

Bibliópolis, 2006

Rústica

Conclusión

Aunque este año he tenido la sensación de encontrarme con un libro más polarizado en obras geniales y ovejas negras, creo que el nivel medio de la antología sigue siendo muy elevado. Es más: creo que es saludable este aparente desencuentro parcial porque muestra que los seleccionadores no pretenden dar una visión que contente a un tipo de lectores, sino una auténtica visión general del género respondiendo a criterios de calidad.

Lo que está claro es que este libro satisfará largamente a los aficionados al género, aportando en esta ocasión relatos de esos que se anclan en la memoria, y que te susurran por las noches para que los leas de nuevo.