The House of Mystery: Neal Adams

Reseña de este volumen homenaje de Planeta DeAgostini

En esta reseña vamos a comentar un volumen muy especial de la colección The House of Mystery que está publicando, o recopilando, Planeta DeAgostini. Su atractivo, además de en la magnífica edición en tapa dura, en el sabor a cómic clásico de terror y en la calidad general de la obra, reside en el anfitrión, en el artista que sirve de hilo conductor al número: Neal Adams.

Este completo autor, conocido por sus numerosos trabajos en las principales empresas de cómics norteamericanas y por su implicación con los derechos de los creadores que en ellas trabajaron (y trabajan), nos brinda en estas páginas una interesante parte de su producción de terror. Sí, además de trabajar el género superheroico, donde dejó etapas muy celebradas tanto en DC (Green Lanter / Green Arrow) como en Marvel (X-Men / Los Vengadores), Neal Adams realizó cómics e ilustraciones memorables dentro del género de horror.

En las páginas de este The House of Mystery, en concreto, se recopilan cuatro historietas y todas las portadas que el artista realizó para la colección cuando trabajó en ella entre 1969 y 1970. Es una elección peculiar, pero, sin duda, acertada.

Por un lado, las cuatro historias, que cuentan con guión de Howie Post, Jack Oleck, Chris Roberson y del propio Neal Adams son de una calidad remarcable. Quizás la última incluida desentone un poco, más por su desarrollo, más propio de la ciencia ficción más que del terror, que por el nivel, igualmente alto. Las otras tres son deliciosas joyas del género clásico, y están ejecutadas con mucho acierto. Casi parecen tres homenajes a subgéneros dentro del horror: una historia de casas encantadas, una de terror en alta mar digna de Hodgson y una tercera en la que encontramos las bases del terror desarrollado por Lovecraft, o más bien Machen, en su versión dioses primigenios.

Por otro lado, y elemento definitivo, las cubiertas que llenan el resto del volumen son geniales. Sólo con mirar cada una imaginamos las historias que antecedían, o creamos unas nuevas a nuestra medida. Son un ejemplo magnífico de cómo crear expectación e inquietud en una única instantánea. Además, formalmente, son impresionantes: las perspectivas, los planos, la limpieza del trazo, el equilibrio de las composiciones, los símbolos que encierran... Sin duda, un trabajo al que los amantes del género disfrutamos echándole un largo vistazo.

De este modo, aunque el contenido es algo inesperado (cuando uno coge un cómic espera encontrar, principalmente, historietas), se trata de un volumen memorable y de alto interés. La presentación, como es acostumbrado en la colección, impecable.