...rara, sí que parece esta propuesta. Pero lo raro no tiene porqué ser necesariamente malo. Ya he leído la vida de Alejandro de numerosas gargantas, qué más da leerla de la garganta de un caballo, uno de los más famosos de todos los tiempos.
Bucéfalo, memorias del caballo de Alejandro
Reseña de la obra de Eloy M. Cebrián publicada por Grupo Ajec
La vida de Alejandro Magno es apasionante, y hay muchos autores que han escrito sobre ella. Supongo que por este motivo, Eloy M. Cebrián ha decidido este cambio de enfoque en el narrador: Bucéfalo, el que fuera el caballo de batalla del conquistador, es el encargado de mostrarnos la epopeya llevada a cabo por el macedonio.
Esta decisión es, al mismo tiempo, el punto fuerte y débil de la novela. Por un lado, aporta un punto de vista novedoso que, al mismo tiempo, permite al autor unos cuantos pasajes muy ingeniosos. Por otro, en algunos momentos nos olvidamos de que el narrador es un caballo, lo que, sin llegar a ser incoherente con la premisa, nos hace preguntarnos si merecía la pena haber optado por esta opción. La narración, asimismo, se amolda al ritmo e "intereses" del equino, lo cual no afecta al desarrollo más de lo que lo hace el propio interés de cada narrador, pero no deja de ser un elemento más a tener en cuenta, sobre todo hacia el final de la historia.
Independientemente de la particularidad del narrador, Bucéfalo, memorias del caballo de Alejandro es una novela histórica muy buena. La documentación está bien hilada con la narración, hasta el punto que se funde una con otra de un modo muy agradable para el lector, que no se ve en ningún momento saturado ni perdido. El material de apoyo es muy adecuado: dos sencillos mapas (en los que quizás se echan en falta los accidentes geográficos) y un glosario explicativo de los elementos más relevantes de entre los mencionados en la novela, durante la cual, todo sea dicho, no hace falta recurrir al mismo. La edición en su conjunto es sobresaliente.
La prosa, además, es efectiva. Sencilla en la forma, como cabía imaginar en un noble bruto, transmite bien, lleva un buen ritmo y, como guinda, consigue transmitir esa sensación de fascinación que debieron sentir los propios macedonios durante su aventura. La mezcla entre cronología, anécdotas y hechos históricos relevantes está muy equilibrada y el libro mantiene el interés del lector en todo momento. La excusa del narrador permite también algunas simpáticas digresiones.
El conjunto es un libro muy sólido, quizás no particularmente interesante para los que ya conocen bien la historia de Alejandro, pero sí muy agradable para cualquier tipo de lector, aunque no tenga grandes conocimientos de historia.
Autor
Eloy M. Cebrián (Albacete, 1963) es licenciado en Filología Inglesa y profesor en un instituto de su ciudad natal. Su actividad literaria abarca la narrativa juvenil y la novela para adultos. Para los jóvenes ha escrito Bajo la fría luz de octubre (Premio Jaén 2003), y Operación Beowulf, de próxima aparición. En cuanto a su producción para adultos, cabe destacar El fotógrafo que hacía belenes (VII Premio Francisco Umbral) y Los fantasmas de Edimburgo (finalista de los premios Fernando Lara y Herralde). Ha recibido también importantes galardones como autor de relatos breves. Muchos de esos cuentos se han recogido en las colecciones Las luciérnagas y Comunión. Es, además, colaborador habitual en prensa y traductor literario ocasional, y desde hace una década codirige la revista de creación El Problema de Yorick.
Estas Memorias del Caballo de Alejandro constituyen su primera incursión en la novela histórica.
Más información en http://www.eloymcebrian.com
Sinopsis
Bucéfalo, el caballo de Alejandro Magno, nos narra su vida e, indirectamente, la gran epopeya de la conquista de Asia.
Edición
Bucéfalo, memorias del caballo de Alejandro
Eloy M. Cebrián
Grupo Ajec, 2009
Colección Hystorica
Tapa dura con sobrecubierta
Conclusión
Bucéfalo, memorias del caballo de Alejandro es un buen modo de adentrarse en la vida de Alejandro Magno. El libro está muy bien escrito, la narración presenta un buen equilibrio entre sus elementos y el tratamiento de personajes es eficaz, aun sin ser exahustivo.
La idea de hacer al caballo del conquistador el narrador es quizás la más cuestionable. Permite un enfoque distinto, es original, es coherente y es aprovechada, sobre todo en determinados momentos, pero al mismo tiempo no tiene todo el peso que cabría esperarse y, hasta cierto punto, es accesoria.
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¡Ohhhh me encanta el concepto! voy a por él
Y como gran aficionada a los caballos que soy, espero que no te importe esta (un poco extensa) introducción sobre Bucéfalo
Bucéfalo fue el caballo más famoso de la Antigüedad. Vivió hace más de 2.300 años. Su nombre significa 'cabezad de buey', y se le llamó así a causa de la anchura de su frente, con una estrella blanca, y su cara algo redondeada. Aunque no de una estatura elevada, se hizo famoso por haber llevado a su amo, Alejandro Magno,a través de todas sus campañas en Asia.
El primer encuentro de Alejandro con Bucéfalo fue cuando aquel tenía solo doce años. Cuando su padre, el rey Filipo de Macedonia, estaba a la compra de caballos, le trajeron a Bucéfalo, que empezó a actuar de una manera salvaje, saltando y coceando a su alrededor. Como nadie parecía capaz de someterle, Filipo ordenó que se lo llevarán de allí, por imposible. Y Alejandro exclamó: "Qué pena que un ejemplar tan magnífico se pierda por la incompetencia de algunos". Filipo respondió: "¿Crees que tú podrías hacer lo que estos hombres con más edad y experiencia no han podido?". Y Alejandro respondió: "Yo seré capaz de hacerlo".
Nadie creyó al muchacho.
Pero Alejandro observó que el caballo estaba asustado de su propia sombra, y le colocó de forma que se enfrentara al sol. Entonces Alejandro se agarró a la crin y saltó sobre la grupa de Bucéfalo. Acariciándolo y hablándolo suavemente, Alejandro lo cabalgó enfrente de su padre con mucho orgullo. Filipo, impresionado, pagó un buen precio por el caballo y se lo dió a su hijo Alejandro, diciéndole: "Hijo, busca un reino que se iguale a tu grandeza, porque Macedonia es pequeña para tí.".
A partir de entonces, Bucéfalo dejó a los criados que se ocuparan de él, pero sólo consintió a ser montado por Alejandro.
Los jinetes de aquella época no usaban sillas de montar, sino solo una especie de manta, y las bridas. A pesar de la incomodidad de cabalgar de esta manera, Alejandro y Bucéfalo recorrieron miles de kilómetros, y lucharon en muchas batallas. En cierta ocasión unos ladrones robaron a Bucéfalo durante la noche, y cuando se enteraron del enfado de Alejandro, devolvieron el caballo. A pesar de haber cabalgado durante tanto tiempo y en tan peligrosas circunstancias, Bucéfalo vivió muchos años.
Finalmente murió a causa de heridas recibidas en una batalla, el año 327 a. d. J. C. Tenía entonces 30 años.
En su honor, Alejandró celebró un solemne funeral y fundó una ciudad en su nombre. Alejandro reconocía que a Bucefalo se debía una gran parte de su éxito en las guerras de Asia.
¿Que se anda revolviendo, Joe?...los martinis y las faldas, como siempre...