Operation Damocles

Imagen de Destripacuentos

Rescato el análisis de este juego de estrategia de miniaturas pintadas en un futuro de Ciencia Ficción que nos presenta la casa Rackham

A alguno le parecerá mentira -o incluso herético-, pero existimos. Sí, hay aficionados a los juegos de miniaturas que tenemos una habilidad nula para pintar miniaturas o poco tiempo, o una combinación de ambas cosas. Y, por fin, alguien ha decidido dedicarnos un juego a la medida: se llama AT-43, viene de la mano de Rackham y se estrena con un pack muy particular, Operación Damocles.

 

El escenario, a priori, puede parecer que no es nada del otro jueves: la humanidad se enfrenta a una terrible amenaza alienígena encarnada por los Therians, una especie de seres robóticos malignos que nos recuerdan a los esqueletos de nuestras peores pesadillas. A ellos se van a oponer los White Starts, una suerte de cuerpo de marines espaciales que nos hará pensar -y vibrar al hacerlo- en épicas confrontaciones como las vistas en películas como Aliens o Starship Troopers.

 

Obviamente, en un escenario futurista y de alta tecnología hay que justificar un poco el por qué de matarse cara a cara en vez de lanzarse unos misiles espaciales, cada un bien tranquilo en su planeta. El tema, todo hay que decirlo, está muy bien resuelto. En Operación Damocles no se trata de hacer batallas por batallar, sino de representar misiones puntuales en las que hay que capturar instalaciones, sabotear, defender plazas fuertes y, en fin, todas esas cosas por las que, definitivamente, la infantería sigue teniendo un papel interesante dentro de las guerras galácticas.

 

Presentación

 

Como hemos dicho, AT-43 se nos presenta como un juego de miniaturas pintadas. Seguramente, para los virtuosos del pincel no tendrán la calidad que ellos mismos son capaces de alcanzar, pero para los jugadores de a pie hay que decir que están muy conseguidas.

 

En total, se nos presentan diecinueve miniaturas en el pack inicial, diez para la facción de los White Starts (incluyendo dos oficiales, dos soldados con lanzamisiles, cinco soldados normales y un Fire Toad -la infantería mecanizada pesada-) y nueve para los Therians (ocho Storm golems -su infantería básica- armados del siguiente modo: 4 nanoblásters, 2 con nanoblaster + cuchillas y 2 con armas sónicas, y un Wraith golgoth, el tipo grande de los “malos”).

 

Además de estas miniaturas, se incluye atrezzo para que las misiones queden más chulas y no tengamos que tirar de viejos embalajes plásticos para crear la escenografía. Muros de cemento, un contenedor y unos generadores alienígenas nos servirán para abrir boca, pues Rackham ha preparado una gama completa para seguir expandiendo el juego (y que sirven tanto para el AT-43 como para otros escenarios futuristas, porque el tamaño es bien versátil).

 

Completando el pack tenemos seis dados exclusivos de la casa Rackham -con ese sugerente dragón sustituyendo al seis- y un metro para medir distancias y rangos de disparo -y poder dejar en paz, así, el costurero de nuestras sufridas madres-.

Sistema de juego

 

Operación Damocles nos presenta una versión simplificada del sistema completo de AT-43 para introducirnos en las infinitas posibilidades que todo wargame tiene. El sistema de juego en sí es bastante versátil, como se comprueba tras unas partidas, gracias a una serie de particularidades del juego. Esta versatilidad nos da como resultado una primera cosa que resultará chocante a los habituales a estos juegos: una misión se puede resolver en una media hora.

 

Sí, aunque obviamente no se tiene en cuenta a la gente que se demora tomándose el tema como una partida de ajedrez, o colocando el campo de batalla como si fuera una reproducción exacta de… algo, lo cierto es que, en comparación con otros juegos, el ritmo es más ligero.

 

Básicamente, las facciones de Operación Damocles se organizan por “unidades”, cada una de las cuales va dirigida por un oficial. Éste no sólo presta la habilidad de liderazgo (autoridad), sino que sirve de punto de referencia para saber quién cae primero de los enemigos acribillados o dónde está el epicentro de la unidad para calcular el movimiento. La coherencia de la unidad también se resuelve en relación a dicho oficial, lo cual simplifica las cosas y reduce problemas con los quisquillosos.

 

Otra de las particularidades es que los turnos son alternados por unidades, no por ejércitos enteros, lo que permite una mayor interacción entre los contendientes y suaviza los desequilibrios y las masacres.

 

El sistema de determinación de qué unidad se mueve es también peculiar. Cada una viene marcada por una carta, y los jugadores emplazan éstas, boca abajo y ordenadas, al principio de cada turno. Después, se van jugando los movimientos empezando por la de la izquierda, primero un jugador y luego otro según la tirada de iniciativa inicial. Esto no sólo obliga a preparar una estrategia desde el principio, sino que -gracias a ciertas acciones para recolocar cartas- da una mayor emoción al juego.

 

En otros aspectos, el juego es más clásico. Las resoluciones de las acciones funcionan por el sistema convencional de igualar o superar un cierto umbral de dificultad, y su uso depende de las sempiternas tablas adjuntas al reglamento. También las acciones de las unidades se reducen a las clásicas de movimiento y disparo, aunque aquí, por ejemplo, se ve de nuevo la flexibilidad del juego, pues se puede disparar antes o después del movimiento, o realizar una combinación, o explotar el uso de las armas especiales disparando a distintas unidades enemigas, o realizar movimientos para destrabarse de los combates.

Conclusión

 

El Operación Damocles es un buen pack introductorio al universo de AT-43. Más allá del interés particular que cada uno tenga en la ambientación elegida -a mí, personalmente, me gusta mucho a nivel estético, aunque no me llame tanto la atención como trasfondo-, se percibe un juego lleno de posibilidades.

 

Es muy interesante el brindar un juego de miniaturas ya pintadas a un precio razonable, pues ya se consigue, por ejemplo, un efecto más impactante a nivel visual en las misiones (potenciado más todavía gracias a la escenografía que se incluye ya desde el pack básico). Por otro lado, el sistema de juego es sencillo pero, a la vez, muy versátil, lo que promete muchas opciones y horas de juego. La modulación del mismo en partidas más breves de lo que nos tiene acostumbrado el estándar es otro gran punto a favor.

En definitiva, un buen juego de miniaturas que ha decidido apostar por una línea olvidada por la mayor parte del gremio, y que viene respaldado por un buen hacer tanto estético como de diseño y jugabilidad.

 

 

Más información en http://www.at-43.com/

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