Siguiendo la línea de amabilidad de mi abuela que todas las tardes acostumbra a hacerme un batido de comunistacao, tomó el primer vaso que encontró en la despensa y hoy me he encontrado lo propio en una pinta de Guiness. Nunca antes había probado una pinta de Colacao. Ahora os digo qué tal está.
Sabe a... Colacao. Bah.