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Tenía algunas dudas al principio, pero la impresión final es buena.

Tienes una historia interesante, muy diferente de las demás y con un antihéroe de estilo clásico. Deja algunas preguntas, pero no son insalvables ni fatales, sino curiosas, por lo que no me parece que representen un punto en contra.

Creo que le falta pulirlo y en algún momento se hace algo excesivo tanto adjetivo, pero independientemente del resultado en el Polidori (veo que presentas más de un relato, además), pienso que has creado un personaje con muchas posibilidades, por lo que yo te animaría a indagar en ello y darle un par de vueltas, aunque sea fuera de concurso, al personaje en sí.

3'5 estrellas.

¡«Tesestán» quemando las lentejas!

Acongojante. Se me han puesto los «congojes» de corbata.

Texto muy cuidado. Tan sólo alguna coma suelta, o ausente, ¿«O tal vez..., tal vez»? —hay alguna más, y algunos párrafos adolecen de falta de comas—, una repetición de «vigilar» al final del primer párrafo, 

Alguna expresión no me gusta por demasiado común, como muy periodística, pero esto es muy, muy personal. «había efectuado una llamada», «había mantenido una breve conversación», «desde el trágico suceso», «no hubo más víctimas mortales»... Sacadas del texto parecen más de un periódico que de un relato de terror. Insisto, esto es muy personal.

Lo mejor: ¿habéis estado en una situación de peligro real? Es ese momento en el que el perineo parece encogerse. Pues eso. El título, cojonudo —¡uy!, ¿no lo leerán menores?—. El monstruito es... Yo quiero uno para reyes, ¡pardiez!

Lo peor: yo no soy de pedirle demasiadas explicaciones al autor de un relato. Las cosas pasan y punto y me basta con que haya una cierta congruencia, aunque hay ocasiones en las que parece faltar un poquito de información. También queda el tema de la convocatoria. Me ha resultado, probablemente por culpa de mi poca perspicacia, difícil verlo. Es cierto que aparece un monstruito [leo que a alguien más le ha parecido chulísimo de la muerte, valga la regüeldancia; hay que darle más espacio en otros relatos o en algo más largo] hecho de retales poliméricos y misteriosamente revivido —¿lleva, como Chuqui, el alma de un malvado, en este caso pirómano, dentro?, ¿ha resucitado por arte químico - alquimista de las mierdisustancias del almacén?, ¿es el antiguo amante, portero, de la señora de la limpieza, con quien tenía ardorosos encuentros entre maniquíes?, ¿hay un cementerio de concejales justo debajo de los cimientos? Vaaaale, es el demonio, pero me ha costado verlo—. Me he de reconocer perdido en algún momento por este asunto, lo que resta un poco. Insisto, creo que es algo más bien subjetivo y, por tanto, difífcil de justificar y explicar.

En fin, un relato acongojante como he dicho al principio, y no puedo sino agradecer al autor el agradable rato de lectura y dejarle al cuento 3,75 botas del 52, que yo no sé por qué los revividos tienen esos pies tan grandes. ¿será que al apretarle los electrodos en la frente se le hinchan los pinreles?

El mejor de tus 3 cuentos presentados, pese a sus redundancias:

Hacía tanto frío que hasta la noche misma temblaba…

 (dos líneas abajo):  

... había algo en esa gélida noche que le enturbiaba…

El relato es una clara excusa para mostrarnos a un monstruo diferente en este concurso, tan diferente que tal vez no tenga nada que ver con la idea de Frankenstein. Pero algo de terminator 2 tiene.

Incluso este relato hubiera valido para la edición de “posesiones”. Esto me ha llevado a pensar que en muchos casos es el contexto lo que dota de concordancia temática a la propuesta presentada. Por supuesto que esto es más que válido, las construcciones llegan a ser más sutiles. Pero esta historia, la mejor escrita de las 3, sobrevive casi solo a fuerza de contexto. Me explico (ojo Spoilers); un tipo se encuentra en una callejuela jodida. Cerca de la callejuela jodida, días antes, un loquito que decía estar poseído prendió fuego un local de moda. Volviendo a la callejuela jodida, el tipo se encuentra con frankensteinator 2 de plástico. El tipo se deja matar con el abrazo del oso.  A todo esto, reviso las bases (la temática de esta convocatoria será Frankenstein, entendiendo por tal tanto la figura del doctor como la de su criatura y los distintos temas de fondo que trata Mary Shelley en Frankenstein o el moderno Prometeo) y me pregunto: ¿Será que uno de los distintos temas de fondo que se abordan aquí es la existencia de una estructura animada, compuesta por partes muy contrastadas y ajenas? Me respondo que sí. Entonces cumple las bases.

3 estrellas

Un relato de tensión creciente en una sola escena.

Creo que no he encontrado errores, sí alguna expresión o frase que se me ha antojado extraña.

Creo que en general el texto está trabajado, pero la trama en sí, o la ausencia de esta, no me convence. No deja de ser una escena típica de un callejón en una noche oscura en la que aparece la amenaza, y de ahí no pasa. Es una pena porque, a la hora de valorarlo, este hecho eclipsa sustancialmente el trabajo que hay detrás.

Puntuación: 2,5 maniquís

Muy buenas, Doc. 

Se lo he dicho antes también a Torpeyvago. Me encanta cuando leo relatos que no son vuestros. No conocía yo este registro tuyo. Siempre te asociaba con el humor. Sin embargo, he de reconocer que me has sorprendido. 

El texto, en general, está bien escrito. Me encanta el título. Me gusta también como vas intercalando ese olor a quemado en el relato. Le da coherencia y aumenta la tensión narrativa. 

Como pega veo que se trata de un relato en una única escena y eso lo limita mucho. Creo que le falta un poco más de desarrollo inicial, profundizar en los motivos que han llevado al protagonista hasta este punto. Se intuye un transfondo. El plastico lo asocio a la modernidad, a la tecnología, pero me gustaría que lo hubieras desarrollado un poco más. 

Luego expresiones como " por los motivos que fueran" creo que sobran. 

Puntuaré al final. Cuando termine de leer y comentar todos los relatos. 

Una escena corta y terrorífica. Un acierto detener la narración para describir ese maniquí compuesto, también la forma de matar a Gaspar.

El inicio se alarga demasiado, creo que debido a dos factores: primero, describir el frío extraño, el hormigueo en la base del cráneo, el susto del gato, el móvil sin batería, el olor a quemado y el repiqueteo previo a la aparición del maniquí ocupa la mitad del relato, y lo único que sucede es que Gaspar camina y cada vez se inquieta más. El segundo factor es la voz narrativa, prolija en detalles y explicaciones sobre la inquietud de Gaspar. Como apunte secundario, cuando se quiere hacer tanto hincapié en las sensaciones y pensamientos del protagonista, vale la pena acudir a la primera persona.

Bastantes adjetivos a pares y también antepuestos, en consonancia con el ritmo lento del inicio. El ritmo de lectura es bueno y está escrito con claridad, y esa escena final desde luego que es memorable, o a mí me lo ha parecido.