Avisos:
- Es la primera vez que hago algo de este tipo y pensaba que me iba a costar menos. Conforme lo voy abordando me doy cuenta de que escribir unas pocas líneas de cada relato no es tan sencillo como parece. Llevo la mitad y en retrospectiva no me parece una gran reseña, pero estoy seguro de que los autores se mostrarán agradecidos (a mí me flipa que me reseñen, aunque sean cuatro palabritas).
- Sería genial que yo no fuera el único que utilizara este hilo y otros foreros se animen a dejar sus propias reseñas en él.
Sobre Calabazas en el trastero: Entierros
Mi reseña comienza de manera muy contundente: Calabazas en el trastero: Entierros es por ahora mi ejemplar favorito dentro de la colección y posiblemente una de las mejores antologías de relatos que he leído (no puedo decir que la mejor porque de momento Bécquer nos supera, lo siento).
No se debe simplemente a que sea el primer volumen que he leído y que me haya dejado por eso especial sabor de boca. En realidad descubrí la colección en Arañas (que fue la primera en que participé). Sí admito es que siempre me han fascinado los cementerios, las silenciosas lápidas, las miles de historias personales de vidas apagadas sepultadas bajo la tierra húmeda, apilada sobre los ataúdes por la pala de un siniestro enterrador. Pero esta morbosa atracción personal hacia el tema del primer Calabazas no creo que haya contribuido a tan positiva reseña, al revés: cuando un tema te gusta, quieres que se trate con mimo y calidad, esperas que las obras que inspire sean grandiosas y atractivas. Y creo que los autores de Entierros lo han conseguido.
Uno de los mayores retos a los que se enfrentan los volúmenes de Calabazas es ofrecer un amplio número de relatos centrados en temáticas muy concretar y lograr que el lector no acabe abrumado por una repetición de argumentos, escenarios y personajes similares. No te quepa duda de que vas a pasear entre un extenso mar de lápidas, tendrás que soportar la visión de demasiados cadáveres y conocer muchos sepultureros y algún que otro fantasma, pero cuando llegues al final del libro no creo que se te haya hecho pesado, las historias son muy distintas y por el orden en que se presentan (supongo que premeditadamente) no vas a leer dos relatos seguidos ni remotamente parecidos.
No pude evitar sentir envidia sana cuando leí la antología. Me fastidia no haberla descubierto a tiempo para poder haber enviado algún relato (y con suerte, haber sido seleccionado). Sin embargo, agradezco profundamente el gran trabajo realizado, he releído todos los relatos para inspirarme mejor para esta reseña y creo que he disfrutado cada uno de ellos incluso más que la primera vez (sólo me pasa con los buenos libros).
Animo a cualquier amante del buen terror o simplemente de la lectura en general a pegar un buen repaso a este Calabazas. Que lo considere mi favorito es algo muy personal, pero estoy bastante seguro de que más de uno estará de acuerdo en que no hay antología mejor para abrir una colección tan singular como esta.
Sin más, paso a escribir unas pocas líneas de cada uno intentando no destripar nada de la trama. Este breve resumen va dedicado sobre todo a los escritores, el público en general quizás pueda dejar ya de leer la reseña o resultará algo pesada.
El tratado de Michael Ranft. Miguel Puente Molins
Un acertadísimo relato para abrir la antología. No sólo se ciñe perfectamente al tema sino que está escrito con habilidad. Todo el relato huele a clásico de terror: los protagonistas, el escenario, los oscuros objetivos, el desenlace… Puede que no resulte demasiado innovador, pero desde luego entretiene y sirve para sumergirse en la temática de la antología.
Certificado de defunción. Manuel Osuna.
El tema principal del relato se repite un par de veces más en la antología, pero es de esperar teniendo en cuenta el título del volumen. También bastante previsible y no demasiado innovador, pero está bien desarrollado y logra contagiar la angustiosa situación que acosa al protagonista.
De cómo el señor alcalde acude al debate nocturno de Buddy, el enterrador. Juan de Dios Garduño
Buddy posiblemente sea el personaje más carismático de Entierros (¡que ya es decir!), la escena narrada en su cabaña es tremendamente entretenida, me sentí dentro, sentado junto a las notables personalidades presentes en la reunión nocturna. A mitad del cuento ya te esperas el final, pero es mejor así, porque a partir de ahí es cuando empieza a horrorizar de verdad.
Todo es empezar. Pedro Escudero Zumel (Premio Nosferatu)
Este es el obligado relato de humor negro, a mi modo de ver debería haber por lo menos uno en cada antología para que resulte más variado su contenido. Pedro Escudero nos cuenta las situaciones subrealistas y a la vez espeluznantes a las que se enfrenta un joven funcionario de cementerios en su primer día de trabajo. Quizás el estilo pueda mejorarse, pero desde luego el relato resulta muy gratificante. ¿Le habría dado yo en Nosferatu? Posiblemente no. ¿Es un gran relato? Sin duda.
La procesión de las plañideras. Jorge Muleno Solano
Me temo que el relato me resulta demasiado psicodélico. Está muy bien escrito y no cabe duda de que es espeluznante, pero me falta la historia, me falta algo más de trasfondo. Quizás sea un lector demasiado cuadriculado, pero necesito un contexto en que enmarcar mejor esta escena tan bien escrita.
El cruce de la música. Francisco Jesús Franco
Para mí, el mejor relato de la antología. Realmente da mucho miedo, me genero grandes cantidades de agobio y tensión. Una narración impactante, no es fácil escribir un relato en forma de largo monólogo y mantener el ritmo (en todas sus acepciones) de manera tan convincente, horrorizando del principio al fin, aderezado con el toque (para mi gusto) exacto de crudeza explícita. Sobresaliente.
Cosecha de huesos. José María Tamparillas
Venimos a enterrar. Es la frase que más me gustó de este relato. Creo que le doy otra medalla, está muy bien escrito y cuenta una historia espeluznante. Como pega, diría que se hace algo largo, el desenlace se hace esperar demasiado, pero por fortuna no llega a aburrir. También detecté cierto abuso de expresiones grandilocuentes, pero entre nosotros los escritores de terror, quien esté libre de culpa…
No somos nada. Laura Luna Sánchez
Una narrativa cortante y directa que habla sin tapujos sobre qué puede pasar por la cabeza de uno mientras se encuentra en un funeral. Tras terminar mi primera lectura hace años, quedé un poco desconcertado porque echaba en falta el terror, pero ahora noto que es un tipo de terror psicológico, el horror que se experimenta al comprobar lo cruda que puede ser la mezquindad humana.
Moroaica. Juan José Hidalgo Díaz
Moroaica se centra en el oscuro folklore rumano para hablarnos de seres que paradójicamente empiezan a existir como tales tras su propio entierro. Es un buen tema, los escenarios en los que se desarrolla están bien seleccionados y los personajes también cuadran, pero algo no me convence y no sabría decir qué, falla un poco el desarrollo, el relato se vuelve confuso a veces, como si se hubieran ahorrado detalles que podrían ser importantes, ¿quizás para ajustarse al límite del certamen?
…Y evitar los malos pensamientos. Manuel Mije.
Un relato que me resultó algo vacío de historia y sobre todo terror pero por otro lado desarrollado con un estilo de escritura que me gustó, sencillo y hasta discreto pero muy ameno.
La tumba vacía. Juan Laguna Edroso
El enterrador es una vez más la figura central del relato, pero este escrito me picó por recordarme una asignatura que tengo pendiente: leer cómics de terror. El relato en sí, aunque empiece a repetirme, está muy bien escrito, emplea una temática muy utilizada en cuentos y pelis de terror y que sin embargo convence.
Y llorarán por ti. José Ignacio Becerril Polo
¿Caben más relatos en el pódium? Qué narices, es mi reseña, así que ¿por qué no?, si luego viene otro más… Vuelta a un tema que ya ha asomado un par de veces en la antología, pero esta vez sin andar con rodeos al principio. Un final destacable que me hizo quedar muy satisfecho.
Es mi trabajo. Sergio Mars
Buf, pues nada, otra obra maestra. Exquisita mezcla de humor negro, espanto y hasta ternura, unos protagonistas de carácter muy cuidado y muy español, todo flema, orgullo inconsistente y determinación. Un genial broche de oro para cerrar la antología.
Avisos:
Sobre Calabazas en el trastero: Entierros
Mi reseña comienza de manera muy contundente: Calabazas en el trastero: Entierros es por ahora mi ejemplar favorito dentro de la colección y posiblemente una de las mejores antologías de relatos que he leído (no puedo decir que la mejor porque de momento Bécquer nos supera, lo siento).
No se debe simplemente a que sea el primer volumen que he leído y que me haya dejado por eso especial sabor de boca. En realidad descubrí la colección en Arañas (que fue la primera en que participé). Sí admito es que siempre me han fascinado los cementerios, las silenciosas lápidas, las miles de historias personales de vidas apagadas sepultadas bajo la tierra húmeda, apilada sobre los ataúdes por la pala de un siniestro enterrador. Pero esta morbosa atracción personal hacia el tema del primer Calabazas no creo que haya contribuido a tan positiva reseña, al revés: cuando un tema te gusta, quieres que se trate con mimo y calidad, esperas que las obras que inspire sean grandiosas y atractivas. Y creo que los autores de Entierros lo han conseguido.
Uno de los mayores retos a los que se enfrentan los volúmenes de Calabazas es ofrecer un amplio número de relatos centrados en temáticas muy concretar y lograr que el lector no acabe abrumado por una repetición de argumentos, escenarios y personajes similares. No te quepa duda de que vas a pasear entre un extenso mar de lápidas, tendrás que soportar la visión de demasiados cadáveres y conocer muchos sepultureros y algún que otro fantasma, pero cuando llegues al final del libro no creo que se te haya hecho pesado, las historias son muy distintas y por el orden en que se presentan (supongo que premeditadamente) no vas a leer dos relatos seguidos ni remotamente parecidos.
No pude evitar sentir envidia sana cuando leí la antología. Me fastidia no haberla descubierto a tiempo para poder haber enviado algún relato (y con suerte, haber sido seleccionado). Sin embargo, agradezco profundamente el gran trabajo realizado, he releído todos los relatos para inspirarme mejor para esta reseña y creo que he disfrutado cada uno de ellos incluso más que la primera vez (sólo me pasa con los buenos libros).
Animo a cualquier amante del buen terror o simplemente de la lectura en general a pegar un buen repaso a este Calabazas. Que lo considere mi favorito es algo muy personal, pero estoy bastante seguro de que más de uno estará de acuerdo en que no hay antología mejor para abrir una colección tan singular como esta.
Sin más, paso a escribir unas pocas líneas de cada uno intentando no destripar nada de la trama. Este breve resumen va dedicado sobre todo a los escritores, el público en general quizás pueda dejar ya de leer la reseña o resultará algo pesada.
El tratado de Michael Ranft. Miguel Puente Molins
Un acertadísimo relato para abrir la antología. No sólo se ciñe perfectamente al tema sino que está escrito con habilidad. Todo el relato huele a clásico de terror: los protagonistas, el escenario, los oscuros objetivos, el desenlace… Puede que no resulte demasiado innovador, pero desde luego entretiene y sirve para sumergirse en la temática de la antología.
Certificado de defunción. Manuel Osuna.
El tema principal del relato se repite un par de veces más en la antología, pero es de esperar teniendo en cuenta el título del volumen. También bastante previsible y no demasiado innovador, pero está bien desarrollado y logra contagiar la angustiosa situación que acosa al protagonista.
De cómo el señor alcalde acude al debate nocturno de Buddy, el enterrador. Juan de Dios Garduño
Buddy posiblemente sea el personaje más carismático de Entierros (¡que ya es decir!), la escena narrada en su cabaña es tremendamente entretenida, me sentí dentro, sentado junto a las notables personalidades presentes en la reunión nocturna. A mitad del cuento ya te esperas el final, pero es mejor así, porque a partir de ahí es cuando empieza a horrorizar de verdad.
Todo es empezar. Pedro Escudero Zumel (Premio Nosferatu)
Este es el obligado relato de humor negro, a mi modo de ver debería haber por lo menos uno en cada antología para que resulte más variado su contenido. Pedro Escudero nos cuenta las situaciones subrealistas y a la vez espeluznantes a las que se enfrenta un joven funcionario de cementerios en su primer día de trabajo. Quizás el estilo pueda mejorarse, pero desde luego el relato resulta muy gratificante. ¿Le habría dado yo en Nosferatu? Posiblemente no. ¿Es un gran relato? Sin duda.
La procesión de las plañideras. Jorge Muleno Solano
Me temo que el relato me resulta demasiado psicodélico. Está muy bien escrito y no cabe duda de que es espeluznante, pero me falta la historia, me falta algo más de trasfondo. Quizás sea un lector demasiado cuadriculado, pero necesito un contexto en que enmarcar mejor esta escena tan bien escrita.
El cruce de la música. Francisco Jesús Franco
Para mí, el mejor relato de la antología. Realmente da mucho miedo, me genero grandes cantidades de agobio y tensión. Una narración impactante, no es fácil escribir un relato en forma de largo monólogo y mantener el ritmo (en todas sus acepciones) de manera tan convincente, horrorizando del principio al fin, aderezado con el toque (para mi gusto) exacto de crudeza explícita. Sobresaliente.
Cosecha de huesos. José María Tamparillas
Venimos a enterrar. Es la frase que más me gustó de este relato. Creo que le doy otra medalla, está muy bien escrito y cuenta una historia espeluznante. Como pega, diría que se hace algo largo, el desenlace se hace esperar demasiado, pero por fortuna no llega a aburrir. También detecté cierto abuso de expresiones grandilocuentes, pero entre nosotros los escritores de terror, quien esté libre de culpa…
No somos nada. Laura Luna Sánchez
Una narrativa cortante y directa que habla sin tapujos sobre qué puede pasar por la cabeza de uno mientras se encuentra en un funeral. Tras terminar mi primera lectura hace años, quedé un poco desconcertado porque echaba en falta el terror, pero ahora noto que es un tipo de terror psicológico, el horror que se experimenta al comprobar lo cruda que puede ser la mezquindad humana.
Moroaica. Juan José Hidalgo Díaz
Moroaica se centra en el oscuro folklore rumano para hablarnos de seres que paradójicamente empiezan a existir como tales tras su propio entierro. Es un buen tema, los escenarios en los que se desarrolla están bien seleccionados y los personajes también cuadran, pero algo no me convence y no sabría decir qué, falla un poco el desarrollo, el relato se vuelve confuso a veces, como si se hubieran ahorrado detalles que podrían ser importantes, ¿quizás para ajustarse al límite del certamen?
…Y evitar los malos pensamientos. Manuel Mije.
Un relato que me resultó algo vacío de historia y sobre todo terror pero por otro lado desarrollado con un estilo de escritura que me gustó, sencillo y hasta discreto pero muy ameno.
La tumba vacía. Juan Laguna Edroso
El enterrador es una vez más la figura central del relato, pero este escrito me picó por recordarme una asignatura que tengo pendiente: leer cómics de terror. El relato en sí, aunque empiece a repetirme, está muy bien escrito, emplea una temática muy utilizada en cuentos y pelis de terror y que sin embargo convence.
Y llorarán por ti. José Ignacio Becerril Polo
¿Caben más relatos en el pódium? Qué narices, es mi reseña, así que ¿por qué no?, si luego viene otro más… Vuelta a un tema que ya ha asomado un par de veces en la antología, pero esta vez sin andar con rodeos al principio. Un final destacable que me hizo quedar muy satisfecho.
Es mi trabajo. Sergio Mars
Buf, pues nada, otra obra maestra. Exquisita mezcla de humor negro, espanto y hasta ternura, unos protagonistas de carácter muy cuidado y muy español, todo flema, orgullo inconsistente y determinación. Un genial broche de oro para cerrar la antología.
Muy buen trabajo, Curro. Como has dicho tú, creo que a todos nos gusta que nos hagan reseñas, aunque yo de eso no tengo casi experiencia.