~~Da comienzo la segunda ronda de la XIV Edición de las Microjustas de OZ. Caballeros y amazonas, escuderos y damiselas, bufones y cortesanas, poneos el gorro y el delantal. Vamos a cocinar.
Estas son las bases a las que tendréis que adaptaros en este segundo duelo:
–Los microrrelatos tendrán un máximo de 50 palabras, incluyendo el título.
–No se podrán editar los micros una vez colgados. Si surge algún problema, se avisará a los jueces y estos lo solucionarán en cuanto les sea posible.
–Solo dos micros por tema.
– Solo podrán escribir en el tema los miembros del grupo al que se hace referencia en el título.
– No podréis enfrentaros al justero con el que os hayáis visto la cara en la primera ronda.
– A la hora de cocinar vuestros micros tendréis, además que cumplir dos premisas. La primera: en cada tema, los jueces os daremos 4 palabras divididas en 2 grupos: utensilios y alimentos. Cada justero deberá elegir para su micro 1 palabras de cada grupo y usarla como crea conveniente. Ambas palabras deben aparecer en el micro (estas palabras, no derivadas). No es imprescindible que su peso sea relevante, PERO el jurado valorará positivamente aquellos micros en los que las palabras propuestas no tengan un papel meramente testimonial.
Alimentos: Calabaza y huevos
Utensilios: Horno y cortapizzas
Sabor: amargo
– El primer justero en colgar su micro en cada tema podrá elegir libremente su utensilio y su ingrediente. El segundo tendrá que conformarse con lo que su contrincante haya dejado libre.
– La segunda premisa tiene que ver con los SABORES. En cada tema, además de utensilios y alimentos, encontraréis un sabor. Vuestros micros deben dejar ese sabor en la boca. Podéis jugar con el género, con el tono… pero debemos paladear el sabor requerido.
–El plazo para subir vuestras creaciones termina el sábado 20 a las 18:00 horas.
¡Manos a la obra!
Sensible
Los gruñidos del padre le repugnan lo mismo que el gorgoteo de la sangre en que se ahoga la madre, aún en la silla, aferrando el pastel de calabaza. Temblando suelta el goteante cortapizzas, se tapa las orejas. —¡¿Es que ni muertos vais a dejar de hacer ruidos, malditos?!