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Buenas de nuevo y disculpa la tardanza,

Por "causas ajenas a metro" no ando con mucho tiempo que dedicarle al análisis y comentario de los relatos y voy colgando en función de la conjugación rato libre+ idea madurada.  En cuanto a la paranoia derivada de la lectura de tu cuento, ahí va.

Es evidente que tu historia se puede interpretar literalmente. Con el pasa tal, y luego esto otro, y lo de más allá y después el final sorpresa. Pero también es cierto que has ido dejando caer ciertos detalles así como si nada a lo largo del relato y puede que sea casual, pero nunca me gusta descartar opciones a la ligera. Además la otra posibilidad, resultaría aún más interesante. En principio, se me antoja que la protagonista en sí es ya una vampira: se alimenta de dolor, necesita regodearse en su miseria para continuar con su existencia diaria. Prueba de ello sería la vampirización que hace de sus vivencias en las páginas de su novela (incluyendo esa aproximación Julián/ Juan). ¿Y qué impide entonces que sus emociones impregnen su retorcido subconsciente? Así, la amante pelirroja se transformaría en el objeto de su obsesión: la repele porque ha sido la causa de sus desdichas, pero al mismo tiempo la desea porque es la figura a la que responsabiliza de sus frustaciones en último término y la que utiliza para  alimentar su sufrimiento (¿tendría algo que ver esa imagen de madre?).

 Entonces la gran pregunta: si tiramos por el fantástico puro y duro ¿se trata de una materialización de los más ocultos deseos de la escritora? ¿Una vampira al estilo Drácula que ha leído el anhelo de su víctima (que resulta ser otra igual en cierto sentido) y le ofrece aquello que busca mientras se alimenta? Y luego tenemos la otra opción, algo menos fantástica.  En este punto, entra el factor murciélago. Muchos animales hematófagos secretan sustancias anti-coagulantes e incluso analgésicas cuando se alimentan de sus presas. Es una ventaja adaptativa, ya que esto les permite alimentarse sin perturbar a su fuente de alimento. Y algunos parásitos llegan incluso a condicionar en gran medida las respuestas de su hospedador. Así que también sería válido suponer que todo pudiera ser una desquiciada fantasía de una mujer sangrada por un vampiro auténtico y que sus visiones sean fruto de sus emociones exacerbadas a causa de cierta extraña reacción a la saliva del animal. Lo cual no deja de resultar inquietante o, como mínimo, dejar cierto poso de mal rollo.