Andares altivos y elegantes subidos en su colorista feminidad.
Levitando y dejando un aroma de carísimo perfume, que mezclado con su sensualidad, embriagaba y enloquecía a todo aquel que a su lado pasaba.
Llegado el momento desaparecía sin decir nada, llevándose su tiempo con ella.
Seductora
Aleteó coqueta las pestañas y con un mohín en sus dulces morritos quiso dejarlo sin respiración.
Se giró mientras sensual deslizaba el tirante del vestido cimbreando las caderas con lasciva cadencia.
Y al volverse lo vio. Azul y asfixiado. Objetivo conseguido.