Veréis. Como algunos saben, vivo en un lugar de mierda de unos 14 000 habitantes. Un núcleo urbano rodeado de otras aldeas pequeñas que son una fuente inagotable de paletos gallegos; lo que hace que el núcleo este sea una verdadera puta mierda; un lugar que quiere ser una ciudad pero que no llega ni a pueblo.
Si le preguntamos a la mayoría de habitantes, dirá que este lugar está maldito. Infectado, incluso. Que ocurren cosas raras, como una especie de lugar asentado sobre un cementerio indio, o algo. Habéis leído It, de Stephen King? Pues todo lo que se dice sobre Derry, se puede aplicar a este lugar. Absorve la humanidad a la gente, enrarece el ambiente y todo el mundo está deseando largarse. Porque es un lugar demasiado calmado, demasiado aburrido y donde nunca pasa nada, y cuando pasa, nadie le da importancia.
Pues el caso es que en este pueblo la gente se aburre demasiado; y fruto del aburrimiento de los paletos y del hijoputismo de los paletos surgió una iniciativa bastante interesante, y es coger a un retrasado mental, ponerle un piano delante y hala, a cantar.
Este entrañable personaje es el típico retrasado con nosequé enfermedad, pero vamos, que eso: Andares peculiares, cara rara y vocalización escasa. Y por supuesto aptitudes musicales nulas. No sé si era algo relacionado con la meningitis, o algo... no lo tengo claro.
El caso, es que a veces el tipo este, al que llaman Castelo, da conciertos. Y la gente le da coba, y él ignorante de cómo todo dios se descojona en su cara, sigue dando conciertos, que con el piano básicamente consisten en tocar una y otra vez los mismos “acordes” con los dedos en posicion aleatoria, con ritmo aleatorio, letra aleatoria y gritos aleatorios, mientras el público le anima y se parte el culo. Yo nunca había ido a uno, así que fui con un par de colegas a ver qué se cocía por ahí, y de paso ver si al ir me reiría o me entraría la vergüenza ajena.
Y fue lo segundo, porque xdxd a ver. Como digo, sus conciertos consisten en ruido. Ruido estridente. Una canción suya siempre, y digo siempre, se basaba en eso, en notas al tun tun, y a veces se tiraba media hora con las manos apoyadas, consiguiendo una nota de larguíiiiisima duración mientras el señor cantaba “yo quiero bailá toa la notche” una y otra vez... y acompañando a esto teníamos la típica música predefinida de organillo casio que nada tenía que ver con nada. Y por supuesto todo estaba altísimo y muy distorsionado, así que pf.
En la segunda canción, mis colegas y yo ya estábamos con la cabeza apoyada en las manos y riendonos suavemente ya de pura vergüenza. Y esta fue la mejor parte, porque a nuestro lado había un grupo de chavales de unos 20 y tantos casi 30 años, galleguísimos, ultrapaletos y tremendamente gilipollas, que desde que llegábamos lo estaban vitoreando, descojonándose y haciendo comentarios del tipo “que se calle ya” y esas cosas. Aunque luego se levantaban, se ponían a medio metro del escenario y empezaban a saltar y vitorearle.
Pues en ese momento, cuando soltamos la risilla, uno de los garrulos (estereotipo musculoso, moreno, con chandal y camiseta, hortera y muuuy de pueblo) se empieza a meter con nosotros para que no nos riamos de él. Que no nos metamos con el chaval, que me cago en dios, que hay muchos palos en el río y sé usarlos (literalmente: “Nonvos metades co chavale ei que me cajon dió. Ay paous eí no río e vou pur eles e??”). Yo ahí ya estaba flipando, y más flipé cuando fueron a donde él para que descansase e invitarle a una jarra de cerveza, que se bebió de un par de tragos para disfrute del personal.
Así que ahora teníamos a un retrasado medio borracho en el escenario, unos garrulos completamente borrachos en la barra y con ganas de gresca y gente sentada en las mesas de la terraza del bar contemplando animadas el espectáculo xdxdxd.
Y el momento culmen, cuando yo ya dije “A tomar por culo” y me fui, fue cuando no sé a quien de por ahí le pareció buena idea tirar petardos, pero de los gordos, allá cerca. Así que durante un maldito momento llegué a escuchar:
-Música tipo tetris predefinida del organillo
-El organillo propiamente dicho, algo como “TiiIiiaaAaaooxcOuuuuxsUuunianonianaouiaiaiouuzzssxx”
-El buen hombre cantando “Yo quiero bailaaaAaA, toa la nocheee, yo quiero bailaaaa, toda la nocheee” uuuuna y otra vez
-Gente aplaudiendo
-Explosiones de fondo
-A los garrulos gritando un fuerte y prolongado “RAAAAAAAARRRGHHH!!!”
Y todo esto a la vez. Mi cabeza no estaba ya para tanta mierda, así que me empecé a partir el culo de la situación y de todo el jodido caos sonoro y sin puto sentido. Pagamos las cervezas y nos fuimos de nuevo a nuestra puta casa, escapando cuanto antes de una situación de la que ahora mismo no sé qué pensar.
Coño, pues vives en la versión gallega de mi pueblo, porque la descripción es la misma, cambiando paletos gallegos por paletos asturianos y poco más.
Hey, fellas, have you heard the news? You know that Montes is back in town? It won’t take long just watch and see how the fellas lay their money down.