Atendiendo al llamamiento del Capitán Canalla para postear anécdotas y cosas en el foro de rol, voy a contar una de las historias más surrealistas que me han ocurrido jugando...
El juego era el de Star Wars, el clásico.
Para poneros en antecedentes sobre el tipo que intentó timar al espacio y la frustrción que éste producía en nuestro esforzado master, tengo que contar el llamado "caso R2". En otra partida, tiempo atrás, el tipo tenía un R2 al que, quién sabe por qué, él atribuía todo tipo de habilidades que no debería tener. Su frase favorita era "mi R2 puede". A tal extremo lo llevó, que el máster, cansado de que ese R2 mágico pudiera, supuestamente, hacer tantas cosas, no tuvo más remedio que hacerle caer un detonador térmico en la cabeza... un detonador que salió de la nada, en mitad de un bosque vacío, y lo voló en mil pedazos... y eso que ese máster tenía más paciencia que cualquier otro con el que haya jugado, así que os haréis una idea....
Pasó el tiempo, y volvimos a quedar con el tipo para echar una partida. En esta ocasión se hizo un Tahur y usó algunos dados para subirse la habilidad de timar, sin saber que, incluso así, la tenía por debajo de la mayoría de los demás jugadores... no obstante, él no cejó en su empeño y trató de usar su habilidad una y otra vez, fracasando todas o casi todas las veces...
En esto, que estamos en una nave, volando por el espacio, cumpliendo con alguna misión clandestina para la resistencia, y una nave imperial nos da el alto. El tipo, ni coro ni perezoso, toma el intercomunicador de la nave y trata de timar a los imperiales para que nos dejen marchar, fracasando, por supuesto, en el intento.
Y, si no lo estaba ya, aquí es cuando la cosa se desmadró por completo. En algún tipo de razonamiento mental sin precedentes en el mundo de las malas ideas, el tipo dedujo que habí fallado por estar muy lejos de la nave, así que decidió salir fuera, acercarse más, y tratar de timarlos desde allí. El problema (uno de los muchos, en realidad) es que no teníamos ningún traje espacial, pero eso no lo detuvo. Decidió meterse en su saco de dormir (la única pieza de equipo que había comprado, y la más inútil hasta la fecha) y salir al espacio.
Desoyendo los gritos de "estás loco", "eres imbécil" y demás improperios lanzados por el resto de jugadores, lo hizo y el máser, que estaba hasta los mismísimos colgajos masculinos de él, le dejó hacer.
Una vez fuera, por supuesto, le dijo "no puedes respirar, estás en el vacío, imbécil".
Pero aún así, éste héroe entre héroes, este orgullo de la rebelión, no quiso caer sin una última frase que, para mí, ha pasado a los anales de la historia de las famosas últimas palabras de un pj antes de morir:
-"Intento timar al espacio para que me deje respirar".
FIN (obviamente).
PD: Capi, he atendido tu llamada, así que atiende tú la mía y mueve tu culo escocés a la partida de Espejo Victoriano, que le he prendido fuego al barco sin querer....
Ese hombre es un dios, un autentico genio.
Respuesta atendida.
Que el mundo sea una selva no significa que debamos comportarnos como monos.