América, ¿tiempo de qué?
Hablemos de K.L.F., milenarios y secuestros
Corría el año 2491 y Estados Unidos se preparaba para celebrar el milenario de su descubrimiento. Como es habitual en este país dominado por la cultura del entretenimiento, se hacía obligatorio un espectáculo musical a la medida de una onomástica tan señalada. El grupo designado para preparar el mismo fue K.L.F., una formación conocida por sus expeditivas y agresivas políticas creativas tras el sonado conflicto con K.F.C. No era para menos, porque, como todo el mundo sabe, Estados Unidos no tiene historia, un escollo difícil de salvar.
La estrategia para resolverlo adoptada por K.L.F. se reveló una fuga hacia delante cuando los integrantes del grupo secuestraron a un par de caballeros teutones, un puñado de sirenas y varios aesires del panteón escandinavo en la Vieja Europa. Encerrados con las deidades nórdicas durante días a causa de una tormenta que les sorprendió en el viaje de regreso, los caballeros teutones terminaron por perder los nervios y lanzarse a una bacanal metalera que haría historia. Otros miembros de la tripulación perdieron otras cosas, como las camisetas o la vergüenza.
El gobierno de América quiso correr un tupido velo sobre este incidente e incluso obligó a retrasar el calendario gregoriano unos 500 años para poder negar su existencia, esgrimiendo que, en realidad, habían sido descubiertos por navegantes vikingos y monjes irlandeses en torno al año 979. Como prueba de la falsedad de tales afirmaciones queda, no obstante, el siguiente tráiler, con el cual se iba a presentar la película musical adaptación del espectáculo. Es innegable su existencia.
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