Juego sucio: Mesmerismo

Imagen de Brutal Ball

Hay jugadores encantadores. Literalmente encantadores.

Vamos, que utilizan sus poderes para encantar a los contrarios y así burlarlos de mala manera para cachondeo de la afición y frustración de los árbitros. Las técnicas son múltiples, desde las desconcertantes miradas de las gripias a los burdos escupitajos de los escuerzos pasando por el poder de ultratumba de momias y vampiros. Los efectos, sin embargo, son los mismos.

Cuando se aplica el mesmerismo, se designa a un jugador rival que se encuentre en la zona de uno de los jugadores del equipo. Desde ese instante hasta que se inicie de nuevo el turno del equipo transgresor (es decir, prácticamente una ronda, pero no necesariamente dependiendo del orden de juego), el jugador permanecerá inmóvil tanto durante su turno como durante los turnos de los adversarios.

Es decir, no podrá placar, ni interceptar balones o jugadores, ni apoyar las acciones de sus compañeros: nada en absoluto. Permanecerá en pie o derribado, como estuviera, con la mente por completo ausente de lo que ocurre en el campo, hasta tal punto que si es bloqueado no utilizará su atributo Bloquear para defenderse.

El jugador que haya realizado el encantamiento será susceptible de ser expulsado (realizará la tirada que corresponda teniendo en cuenta la situación arbitral del momento), pero, aunque se diera el caso, el efecto del juego sucio se mantendrá.

 

¿Sabías que...

...las Enlutadas de Kraggenwuth recurrían con frecuencia al mesmerismo para quitar de en medio a los adversario más molestos?

Eso sí, cuando eran sancionadas por el árbitro alegaban que no era culpa suya que ¡estos quedaran alelados al verlas en sus ceñidos uniformes de raso, cuero y tachuelas!

Comixininos

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