Mover a los jugadores

Para un jugador sin rumbo, todos los destinos son funestos...

Uno de los puntos claves del Brutal Ball es el movimiento de los jugadores. No solo se trata de que hagan cosas, sino de que terminen en el lugar adecuado en el momento indicado.

En cada ronda, durante su turno, un entrenador puede mover sucesivamente a todos los jugadores de su equipo que desee. Sin embargo, no es posible mover a dos jugadores simultáneamente: una vez se ha terminado de mover a un jugador, este no podrá actuar de nuevo hasta la siguiente ronda, aunque sí recibir pases o placar jugadores contrarios. Así mismo, es posible que su entrenador tenga que realizar chequeos que le incumban durante el turno de otros equipos (Por ejemplo, si un jugador contrario lo bloquea).

Cada jugador podrá moverse y realizar varias acciones durante su turno, aunque no está obligado a ello. Algunas acciones limitan el tipo de movimiento que se puede elegir (Moverse, Correr o Esprintar), por lo que el entrenador tendrá que declarar claramente qué está haciendo.

Las distintas acciones que se pueden realizar implican chequeos, tal y como se explica más adelante. Hay que tener en cuenta que las tiradas realizadas durante estos pueden conllevar un estado de acción terminada (AT). Esto implica que ese jugador ya no puede continuar con su movimiento ni realizar más acciones en ese turno: ha de quedarse donde está en la situación en la que esté.

Así mismo, hay algunas acciones que solo se pueden realizar una vez por turno o que son incompatibles con otras acciones o estados (por ejemplo, coger un balón si se tiene ya uno en las manos). Estas particularidades se señalan en cada acción.

Por supuesto, el límite de once jugadores por equipo en el terreno de juego también limita el orden y las acciones que pueden realizar los jugadores: solo se podrán sacar jugadores del banquillo si en el terreno de juego hay solo diez o menos compañeros del mismo equipo ¡o algún evento especial ha permitido infringir las reglas!

A efectos de movimiento e interacción con otros jugadores, hay que tener en cuenta que un jugador en el terreno de juego solo puede estar en dos posiciones: derribado o en pie. Un jugador ocupa normalmente una sola casilla, pero las criaturas grandes pueden ocupar cuatro y las descomunales, nueve, tanto en pie como derribadas. Las casillas circundantes a la —o las— casillas ocupadas por un jugador son su zona de influencia. Los jugadores derribados carecen de esta zona.

Salir o moverse dentro de esta zona de influencia hace que el jugador pueda ser placado por sus rivales, los cuales deberán superar un chequeo contra su Agilidad o, en caso de que se mueva sin correr ni esprintar, y así lo desee, su Fuerza o nivel en Bloquear.

Si el jugador se ha puesto en pie ese turno, ha aterrizado o va a sortear algún obstáculo, deberá realizar una única tirada de Agilidad al comienzo del mismo que servirá tanto para estas acciones como para evitar placajes. En estos casos, el jugador no podrá sustituir Agilidad por Fuerza o Bloquear aunque se desplace sin correr ni esprintar.

¿Sabías qué...

...el ex-entrenador de los Alquimistas de Brionne, Dvid Scellar, se enfrascó durante ciento diez años en la elaboración un complejo manual en el que se recogían las formaciones más eficaces según la tipología de los jugadores, las características del terreno de juego, la climatología, los equipos rivales y la situación del marcador, así como el modo adecuado de hacerlas evolucionar durante los partidos?

Cuando los amigos del desquiciado gnomo lo encontraron en su torreón después de una semana de trabajo particularmente intensa, este solo acertaba a mascullar “me he olvidado de tener en cuenta la tensión superficial de los balones”.

A día de hoy, nadie ha conseguido extraer ninguna información digerible de las complejas coreografías que dibujó y anotó a lo largo de cientos de metros de pergamino, aunque algunos expertos sostienen que, en realidad, es por un problema de falta de fe ¡en que en un pozo de Brutal Ball se pueda detallar ninguna táctica real a priori!

Según la Gaceta d'os Gules, la cabeza de Dvid Scellar fue donada a la ciencia después de decapitar piadosamente a su propietario.