Infravalorados y/u olvidados I

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Rescatamos del cajón algunas obras a las que el tiempo no ha hecho del todo justicia. Hoy, Catfish rising de Jethro Tull

¿Quién no conoce a Jethro Tull y al inmortal Ian Anderson? Cuarenta años de actividad han dado para muchísimo y es evidente que su época inicial dejó una cosecha de impresionantes discos -This was, Stand up, Aqualung, Thick as a brick...-, a pesar de la evolución que sufría el grupo, marcada por cierta inestabilidad en sus filas pero sin renunciar a sus raíces folk tan características. La época de mayor cambio y altibajos se produjo, tal vez, a partir de Stormwatch (un buen título), donde encontramos extrañas propuestas como A y Under Wraps, amén de un fallido Dot Com que llegaría lustros más tarde.

 

Hoy reivindico un título del 91, algo olvidado por los fans y la crítica, muy injustamente he de añadir. Catfish rising hace auténtico honor a su título, básicamente porque supuso el auténtico renacer de Jethro tull, con un sonido ligeramente más endurecido que anteriores trabajos, con lo cual podríamos catalogarlo tranquilamente como hard rock con tintes folk (como no). No obstante recoge influencias de bastantes géneros diferentes.

 

La primera vez que lo escuché me sentí algo sorprendido por el año de lanzamiento pues tanto su sonido como su producción hacen pensar que es un título de los 80, y nada más lejos de la realidad, como ya sabemos.

 

Tal y como he reseñado, el cd es bastante variado: abre con This is not love, un tema de corte hard rock con unos teclados que acompañan con aires setenteros (que siempre me evocan a Deep Purple). Ocassional demons es de similares características al anterior: acordes con quintas de guitarra y solo a mitad de tema, bajo potente y reducido protagonismo de la flauta travesera (salvando el solo que se marca Anderson a final de tema). Roll yer own y Rocks on the road introducen más elementos folk –mandolinas- reduciendo la importancia de la guitarra y dando pie a líneas de bajo más profundas, el estilo del rock más clásico aunque también he de decir que la composición de rocks on the road está algo influenciada por el southern rock. Sparrow On The Schoolyard Wall empieza con una delicada intro de flauta aunque luego se revela como un tema de sonido puramente clásico; Thinking round corners destila simpatía y desenfado, un tema genial donde de nuevo abunda el slide de guitarra que confiere cierto bagaje sureño. Still loving you tonight es la balada que no podía faltar en un disco así, aunque cuidado: no es ninguna pastelada, hay unas líneas compositivas realmente interesantes. Doctor to my disease vuelve a la tónica de la entrada de Catfish rising, genial. Like a tall thin girl es homónimo a Roll yer own. White innocence es donde más se deja volar la creatividad, en sus siete minutos condensa unos pasajes hard rock, un interludio acústico realmente impresionante (que de hecho parece de otro título) y otro pequeño pasaje de piano, totalmente excelso. Sleeping with the dog es un blues totalmente divertido. Gold-Tipped Boots, Black Jacket And Tie es similar a thinking round corners e igual de genial. Por último, When Jesus came to play es el cierre del disco, sosegado y de nuevo dejando que el bajo acapare protagonismo.

 

Conclusión: gran disco, recomendable para cualquiera. Su cantidad de influencias y el incuestionable carisma de Ian Anderson junto con su notable talento harán que guste a los más proclives al género y podrá convencer a los que no lo sean.

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