Red Sonja: El ascenso de Kulan Gath

Reseña del tercer volumen recopilatorio de las aventuras de la diablesa de la espada publicado por Panini Comics, el cual sigue la linea argumental de Arqueros con el mismo equipo creativo.

Michael Avon Oeming ha sido el encargado de cerrar esta etapa de las aventuras de la hirkania con una historia que pone la guinda al planteamiento que veíamos en Arqueros, y hay que reconocer que lo ha hecho por todo lo alto. En este número tenemos la anunciada llegada de Kulan Gath, el famoso archimago que nació en las propias páginas de Marvel y que ha ido creciendo hasta adquirir carácter propio -y naturaleza divina, demonios-, el cual marca un punto de inflexión, como era de esperar, en las aventuras de la pelirroja. También se cierra algún fleco que venía del anterior número, como la historia del Cazador o de los propios aliados de Sonja, y se da, de algún modo, coherencia al trasfondo de la diablesa de la espada.

Éste es un punto importante: a diferencia de la mayor parte de las historias de espada y brujería ambientadas en la Era Hibórea, la narración aquí presentada -que cierra la de Arqueros- aspira a ser trascendental en la biografía de la protagonista. Durante años, los lectores de sus aventuras hemos oído hablar del juramento que hizo a la diosa, hemos intuido su pasado atormentado y nos hemos preguntado si, en algún momento, ese premio al espadachín que fuera capaz de derrotarle en combate se vería otorgado -ya que se le negó al propio Conan en más de una ocasión, incluso alegando "juego sucio", con lo caballeroso que ha sido siempre nuestro bárbaro-. En este número, por fin, se van a dar más respuestas que preguntas.

Argumentalmente, sin duda, esto aporta mucho interés a este arco narrativo, lo que es de agradecer porque en él se perciben excesivos paralelismos con otra aventura también protagonizada por Kulan Gath -esta a la que me refiero, de la serie del cimerio- y con dioses antiguos de por medio. Al final, aquí sí que hay sorpresas, y aunque quizás haya un cierto exceso de tramas secundarias -lo que hace que el guión parezca atragantarse un poco-, lo cierto es que queda una historia bastante completa y sorprendente.

El apartado gráfico, que vuelve a quedar en las manos de Mel Rubi, con la colaboración especial de Stephen Sadowski para los flashbacks -un concepto de lo más interesante-, busca más, sin duda, la espectacularidad que el discurso narrativo. En cierto modo, es totalmente comprensible: estamos frente a una historia rebosante de épica, con grandes batallas, despertares de dioses y demonios y eventos que sacuden las entrañas del mundo que creara Robert E. Howard. Así, el lector se encuentra con que es más difícil seguir el hilo narrativo que quedarse prendado de las vistas panorámicas, los impresionantes monstruos o los sugerentes escenarios donde tiene lugar la contienda. Los enfoques cuasi impresionistas de algunos cuadros fuerzan al lector en este sentido, y el ritmo desigual de la historia termina de hacer el resto.

Los colores de Brian Buccellato realzan esta sensación, dotando de impresionantes tonos a los amaneceres, los charcos de sangre, las nieves eternas e incluso la mirada de los dioses. Se complementan muy bien con el tono general de la obra y el resultado es más que satisfactorio en este sentido.

En conjunto, queda una obra propia dentro de las vivencias de la pelirroja. No estamos ante un número más en el que avanzan sus aventuras sin ir a ninguna parte, sino, más bien, presenciando uno de sus periodos críticos y que dotan de sentido a su existencia. Un cómic muy indicado para los amantes del lado místico de Red Sonja, y sin duda una de las historias que, sin ser sobresaliente, se queda anclada en la memoria por su planteamiento fuera de la norma.

Sinopsis (Cortesía de Panini)

Esta tercera recopilación de la nueva serie dedicada por Dynamite a Red Sonja cambiará para siempre el mundo de la diablesa con espada. ¡Red Sonja afronta el regreso de Kulan Gath! Después de los cataclísmicos eventos del episodio anterior, nuestra curvilínea y brutal guerrera lucha contra la creciente amenaza de un Kulan Gath que opera desde las sombras y ha convertido en una marioneta a todo un dios.