The League of Extraordinary Gentlemen 2
Reseña del segundo volumen de la serie de Alan Moore y Kevin O'Neill publicada por Planeta Cómic
Después de haber puesto el listón muy alto en el primer arco argumental de The League of Extraordinary Gentlemen (publicada por Planeta Cómic en un tomo único), Alan Moore se enfrentaba al desafío de continuar la serie sin empantanarse en el concepto inicial pero siendo fiel al mismo. Hay que decir que en este segundo volumen consigue salir airoso con creces, tanto en la narrativa de primer plano, que sigue siendo tan trepidante como ingeniosa, como en el hilo conductor de la historia de la literatura popular que late debajo.
La obra principal que va a servir de detonante de la trama es La guerra de los mundos de H.G. Wells, aunque, por supuesto, va a haber guiños más o menos importantes a muchas otras que no desvelaré por dejar el placer de encontrarlas al lector. Así, nuestra liga de extraordinarios caballeros (y señorita) se va a enfrentar a la bien conocida invasión marciana que puso en jaque al Imperio británico al golpear el mismísimo corazón de Inglaterra.
Resulta particularmente interesante que las primeras páginas del volumen, con la excusa de la invasión marciana, están dedicadas a obras del género de espada y planetas, que fue precisamente el que sirvió de válvula de escape cuando las exploraciones de finales del siglo XIX y principios del siglo XX fueron despejando los últimos rincones de las tierras ignotas que quedaba en la Tierra, lo que obligó a llevar la narrativa de aventuras a nuevos horizontes, extraplanetarios o directamente fantásticos, lo que daría un nuevo impulso a la ciencia ficción.
La resolución de la trama es ingeniosa y reposa por completo en unos personajes que ya fueron desarrollados a conciencia en el anterior volumen. De hecho, superada la fase de sorpresas que supuso el primer arco argumental, Alan Moore hace que las complejas relaciones entre ellos y el interesante retrato psicológico que hace de los mismos sea la baza principal de la historia. A pesar de los fuegos artificiales y la épica inevitable ligada a la invasión de los trípodes, el aspecto que lleva el auténtico peso narrativo es más bien intimista, aunque no falten escenas de acción, unas y otras plasmadas con maestría por Kevin O'Neill, cuya aportación estética a la serie es insoslayable.
Hay que notar que la edición de Planeta Cómic incluye también todos los anexos y fantasías que hacen de The League of the Extraordinary Gentlemen más que un cómic, un universo completo, con sus titulares, sus carteles, sus recortables, sus juegos (lingüísticos y literales) y sus pullas y, muy particularmente, en este volumen, una completa guía de viajes que hace referencia a antiguas ligas de hombres extraordinarios y, sobre todo, a cientos de mitos tradicionales y/o creados por la literatura.
Este último añadido es en sí mismo una opera magna, seguramente no apta para todos los paladares por la densidad de sus contenidos, pero apasionante para los iniciados y abrumadora en el sentido de mostrar las infinitas posibilidades que puede desarrollar Alan Moore con los conceptos de este cómic si tiene el tiempo y las ganas para hacerlo.
Ahora queda ver hasta dónde nos van a llegar estos dos genios del cómic. De momento, nos han brindado ya dos magníficos volúmenes que nadie aficionado a estos géneros debería perderse.
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