La espada salvaje de Conan: Rey Thoth-Amon
Reseña del décimo quinto volumen de la reedición de Planeta DeAgostini
Este tomo arranca con la historia que le da nombre, Rey Thoth-Amon, y que es, así mismo, la conclusión de la novela Conan el bucanero de L. Sprague de Camp y Lin Carter cuya adaptación encontramos en el anterior volumen: En busca de la Corona Cobra. El trabajo sigue en manos del mismo equipo creativo, Roy Thomas al guión y John Buscema y Tony de Zúñiga en el apartado gráfico, y con idéntico acierto, lo cual es una buena noticia.
El tercio narrativo, no obstante, cambia para ponerse a la altura de las circunstancias. La historia, o casi mejor dicho la escena de cierre, porque tampoco tiene mucho desarrollo, nos lleva de vuelta a la corte de Zingara para asistir a la confrontación final entre el hechicero estigio y los partidarios de la maltratada princesa con su anciano padre pillado entre dos fuegos. El clímax incluye a todas las facciones involucradas durante los episodios anteriores y se salda con unas buenas escenas de combate y acción. Por separado no tiene mucho interés, pero como guinda del desarrollo previo funciona a las mil maravillas.
De ahí pasamos a La estrella de Khorala, otra historia de L. Sprague de Camp y Lin Carter que conecta con Sombras en Zamboulla, una historieta incluida en el tomo sexto, El pueblo del Círculo Negro, y que, al igual que esta, resulta algo deslavazada argumentalmente. La trama es en sí sencilla: Conan acompaña a una dama, los acorralan, se defienden y hay una maldición ancestral de por medio. Las motivaciones y relaciones entre los personajes no resultan tan sólidas como la receta mencionada, que sí viene aderezada por unas cuantas situaciones de tensión bien conseguidas. Así, aunque la historia se disfruta por la acción y el buen ritmo que lleva, no está dentro de las mejores de la colección. Si duda, la joya de marras arrastra alguna maldición... Sal Buscema y Tony de Zúñiga hacen un buen trabajo a los lápices.
Ya como cierre, tenemos otra historieta sencilla: La gema en la torre, igualmente del tándem creativo L. Sprague de Camp y Lin Carter y con el mismo equipo creativo Roy Thomas y John Buscema con Tony de Zúñiga. En ella, una tripulación de piratas, entre los que se cuenta el propio Conan, viaja a una isla remota para saquear la torre de un brujo, la cual, por supuesto, tiene sus guardianes sobrenaturales. La acción, porque de trama no hay realmente gran cosa, se articula en torno a cómo los caballeros de fortuna pretenden entrar en la torre y se enfrentan a los poderes del brujo. El que la historia en sí sea sencilla no supone ningún problema, pues el relato se apoya en el ritmo de la acción y las pinceladas del trasfondo, que son muy sugerentes. Así, sin ser memorable, brinda un buen rato de lectura y se disfruta mucho.
Con estos elementos, La espada salvaje de Conan: Rey Thoth-Amon es un tomo solvente y entretenido que empalidece algo frente al anterior, pero cuya lectura resulta muy entretenida.
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