Seres fabulosos de la mitología
Reseña de la obra de Joseph M. Walker publicada por Edicomunicación
Edicomunicación nos presenta en su colección Olimpo esta particular aproximación al mundo mitológico de Joseph M. Walker. Se trata de una suerte de diccionario alfabético en el que se da un breve repaso —la mayor parte de las entradas no tienen ni una página de extensión— a unas cuantas quimeras creadas por la mente del hombre. O no, según la contraportada.
Lo primero que habría que precisar es que Seres fabulosos de la mitología no se restringe únicamente a la mitología clásica de las distintas culturas, sino que introduce otras creaciones mucho más contemporáneas. En particular, la obra de José Luis Borges tiene un peso específico a mi parecer excesivo para lo que se espera de un libro de estas características. Por interesantes que sean las creaciones del escritor, no me parece que su lugar sea un manual de criaturas mitológicas. Al menos, todo hay que decirlo, desentonan menos que personajes como Rocinante o Bucéfalo que, a mi entender, ni son fabulosos ni pertenecen a la mitología.
En segundo lugar, cabe comentar que el autor dedica mucho más espacio a las criaturas más conocidas del bestiario: el hombre lobo, el kraken, las sirenas... Así, salvo excepciones, aporta poco a los aficionados a los mitos. Sí es cierto que incide en algunos personajes menos comunes o que puede llegar a descubrir algunos de mitologías menos tratadas en nuestro país que la grecolatina, por ejemplo, pero en líneas generales me ha quedado la impresión de cierta superficialidad.
Desde luego, la aproximación de Joseph M. Walker no es academicista, ni exhaustiva. Tampoco he tenido la impresión de que pretenda ser didáctica. Para bien o para mal, parece traernos una selección en la que se reflejan sus propios gustos e intereses, e incluso inquietudes. Esto, sumado al carácter descriptivo de las entradas, que tampoco analiza gran cosa, limita el alcance de la obra.
De todas formas, la lectura de Seres fabulosos de la mitología no deja de ser entretenida. Aun cuando no se le puede dar demasiada validez técnica, es un pasatiempos que cumple con su función. La edición que tengo, de 1996, aun siendo modesta en cuanto a materiales y precio, está bien diseñada e incluye material gráfico que es todo un acierto, tanto fotografías como dibujos.
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