Los mesopotámicos

Reseña de la obra de Jean-Claude Margueron publicada por Ediciones Cátedra

Este estudio que nos propone Ediciones Cátedra en su Serie Menor de Historia tiene un enfoque particular. En primer lugar, como su propio título indica —Los mesopotámicos—, no se centra en un único pueblo o cultura, sino en aquellos que ocuparon el espacio geográfico marcado por el Tigris y el Éufrates desde la prehistoria hasta la Antigüedad. En segundo lugar, porque en vez de darnos una panorámica de los mismos basada en una cronología de batallas, conquistas, nombres de monarcas e imperios, se centra en la arqueología y en lo que esta nos ha permitido saber de su modo de vida, forma de organizar la sociedad, tecnología, etcétera.

Jean-Claude Margueron estructura su tratado en dos grandes bloques: El tiempo y el espacio y El marco de vida y el pensamiento. Así, en una primera etapa, abordamos las teorías que explican cómo el ser humano pasó en el Creciente Fértil de una cultura de cazador – recolector a la agricultura, la ganadería y la sedentarización. El autor pone en relación elementos geográficos, zoológicos, climatológicos, etc. y, a través de reflexiones —alumbradas por los descubrimientos y progresos en las distintas disciplinas de apoyo a la Arqueología y la Historia— nos permite comprender cómo pudo ser la evolución de estos pueblos y, finalmente, su modo de vida en distintos periodos, lo que nos da la posibilidad, así mismo, de entender mejor su legado, ya sea en modo de escritos, de esculturas, de bajorrelieves o de ruinas de cualquier tipo.

Se trata de un viaje fascinante en el que el autor consigue combinar con sencillez y acierto cuestiones de ingeniería con asuntos domésticos, explicaciones sobre el comercio, la producción agrícola y las vías de comunicación con el gobierno y la estructura social. Descubrimos el sentido y el origen de canalizaciones, edificios públicos, templos, viviendas, cómo se articulaban las aldeas, cómo nacieron las ciudades, qué animales fueron domesticados y cuándo, qué suponía disponer de estos u otros. Los mesopotámicos es un estudio que acerca realmente a los babilonios, los hititas, los sumerios, los acadios y demás pueblos de la zona gracias a que podemos llegar a entender su ecosistema. No es un libro de monumentos y guerras —aunque, por supuesto, tengan su importancia y se aborden cuestiones como los famosos zigurats—, sino que hace énfasis en el entramado, complejo, rico e indispensable, sobre el que se sustentaron reinos e imperios.

El texto, cuya única pega es que le falta una corrección de estilo sobre todo en cuanto a colocación de comas, resulta muy asequible. Sí, hacen falta unos conocimientos mínimos de Historia para situarse, pero no es necesario ser un especialista en la materia para disfrutar con su lectura. Los tecnicismos tampoco tienen especial protagonismo y la estructura por secciones temáticas hace muy intuitiva su lectura y fácil la consulta posterior.

Hay que señalar que la edición de Cátedra —yo tengo la tercera— incluye numerosas fotografías, dibujos, esquemas mapas y planos que ilustran a la perfección los temas tratados. En algunos casos sirven para ambientar, pero en la mayor parte afianzan las explicaciones y resultan de gran ayuda e interés. Así, cuando se habla de motivos artísticos, estadios tecnológicos, morfología de las viviendas o incluso distribución de los templos, resultan casi indispensables e indiscutiblemente enriquecedores.

En definitiva, una magnífica lectura para el que quiera saber más sobre la llamada cuna de la civilización. El nacimiento de las primeras ciudades, cómo se gestionaban estas, cuál era su economía, cuál fue el génesis de la escritura —particularmente interesante el paso de ideogramas a un alfabeto silábico—, cómo fue el paso del neolítico a las edades de los metales, cómo fueron los imperios prehistóricos... La cantidad de temas fascinantes que encierra es innumerable y el modo en el que Jean-Claude Margueron los expone hace que Los mesopotámicos sea un libro muy asequible para cualquier interesado. Muy recomendable.