Megazoria: Experiencia
Sobre el sistema de aprendizaje de los personajes en el juego de rol de Megazoria
A medida que los personajes acumulan experiencias en el universo de Megazoria, pueden sacarles partido para mejorar sus características y sus habilidades y, con ellas, sus posibilidades de éxito y supervivencia.
En primer lugar hay que incidir en que toda mejora del personaje realizada consumiendo puntos de experiencia tiene que encajar con lo vivido por este, estar en relación con lo ocurrido durante la partida —en caso de que los puntos hayan sido otorgados al final de esta, tal y como se explicará más adelante— o con lo vivido en el trasfondo que se va narrando durante la creación del personaje. En el caso de que los puntos hayan sido acumulados y se haya tardado un cierto tiempo en utilizarlos, igualmente deberán encajar con lo experimentado por el personaje y en relación con la lógica de los últimos acontecimientos. Por supuesto, esto no es una ciencia exacta —un jugador puede alegar, por ejemplo, que su personaje ha pasado mucho tiempo practicando con la flauta durante un viaje en alta mar—, por lo que el máster tendrá la potestad de vetar o reconducir ciertos usos de los puntos de experiencia.
En función de qué parámetros del personaje se van a mejorar, el coste en puntos de experiencia será mayor o menor. Se considera que las características son más difíciles de mejorar puesto que dependen de carácteres innatos y es difícil entrenarlas, pero no son inamovibles, y, del mismo modo, que las especialidades, al estar focalizadas, requieren menos experiencia para aumentar su nivel. Por otro lado, se asume que los seres humanos —o al menos los héroes de Megazoria— no tienen límite en su desarrollo: simplemente, cada paso adicional será más y más difícil, y lo más probable es que el tiempo termine pasando factura antes de que nadie desarrolle todo su potencial.
Mejora de características: El coste es de 7 x nivel final puntos de experiencia. Así, para subir de Abstracción 2 a Abstracción 3 se deberán satisfacer 21 puntos de experiencia. Además, lo vivido por el personaje ha de permitir este cambio. La vida al aire libre o durante una campaña bélica permitirá mejorar características como la Fuerza, la Agilidad o la Resistencia. La Abstracción, por el contrario, será más fácil cultivarla en compañía de ingenieros, druidas o quizá en un monasterio.
Mejora de las habilidades: El coste es de 3 x nivel final puntos de experiencia. Pasar de Guerrear 3 a Guerrear 4 costaría, por lo tanto, 12 puntos de experiencia. No es indispensable que el personaje tuviera conocimientos previos en la habilidad o que haya obtenido éxitos en la misma, pero sí que haya podido aprender sobre su uso, bien sea porque alguien le ha echado un cable, bien porque ha podido aplicarla —o ver cómo se aplicaba— en circunstancias que no conocía o de un modo especial.
Mejora de las especialidades: El coste es de 1 x nivel final puntos de experiencia. Adquirir la especialidad Tridente y red en Combatir costaría, por lo tanto, solo 1 punto de experiencia. De nuevo, el desarrollo o mejora de una especialidad ha de adecuarse a lo experimentado por el personaje o a su entorno. El ejemplo previo funcionaría si el personaje está siendo entrenado como gladiador o se ha enfrentado por primera vez a uno. Si pasa un año desde este hipotético episodio, no tendría lógica que fuera entonces cuando obtiene la especialidad... a no ser, claro, que dedique un tiempo en solitario a desenterrar sus recuerdos y aprender los rudimentos de la disciplina. Aun así, en este último caso el máster no debería permitirle subir demasiado de nivel.
Hay que señalar que las mejoras en Habilidades y Especialidades son independientes ya que estas últimas funcionan como un extra. Si un personaje mejora en Combatir, los conocimientos y técnicas aprendidos —por ejemplo, posición de los pies, desplazamientos, fintas— podrá aplicarlos en las especialidades que ya tuviera.
Finalmente, hay que precisar que el contar con maestros no otorga puntos de experiencia ni tampoco baja el coste de las mejoras. Eso sí, permite adquirir o mejorar habilidades que, de no haber sido instruido por ellos, quizás no hubieran estado disponibles, o no a un nivel tal.
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