La editorial revela sus proyectos y algunos entresijos de la publicación
En un ejercicio de transparencia, ECC Ediciones publica un comunicado su política de precios durante el 2012 y una declaración de intenciones para el 2013.
Todos hemos visto de vez en cuando esos pequeños rectángulos de color que se colocaban cada equis tiempo en el correo de los lectores (cuando todavía existían) o en algún lugar de las cubiertas interiores y que anunciaba la temida subida de precios de los tebeos.
Estos cuadros hablaban siempre del coste del papel y las materias primas (e imagino que del IVA, en los últimos años), pero no daba muchos más detalles.
ECC ha colgado un comunicado en su web que no solo no anuncia ninguna subida de precios, sino que nos cuenta con mayor detalle el proceso que se sigue para decidirlos.
Este proceso, cuenta la editorial, depende de dos factores principales:
1. El contexto del mercado (¿Qué precios está aplicando la competencia para productos similares? ¿Qué precios puede absorber el mercado?).
2. El coste de creación del producto en sí. Los costes de cualquier producto industrial suelen dividirse en costes fijos y en costes sucesivos. Es decir, hay una serie de costes que son inherentes al producto, independientemente de la cantidad de unidades que se generen (en nuestro caso, por ejemplo, están los costes editoriales –traducción, diseño, rotulación, etc.– por un lado, y los costes de arranque industrial –planchas para impresión, máculas de papel, ajustes de máquina– por otro). A estos costes, se añade luego el coste individual de cada unidad producida. Es matemática básica entender que cuantas más unidades de un producto se generen, más se dividen los costes fijos y el coste unitario se reduce.
Por ejemplo, si para producir un libro “x” tenemos unos costes fijos de 2.000 euros y un sucesivo de 1 euro por ejemplar:
Si imprimimos 1.000 ejemplares, nos cuestan: 2.000 + (1*1.000) = 3.000. O lo que es lo mismo, 3 euros por ejemplar.
Si imprimimos 10.000 ejemplares: 2.000 + (1*10.000) = 12.000. O lo que es lo mismo, 1,20 euros por ejemplar.
Antes de lanzarnos a decir “ya está, la solución es imprimir más ejemplares, que así salen más baratos”, pensemos que hemos reducido el coste por ejemplar a medida que incrementábamos el coste total. En el primer ejemplo, nos gastábamos 3.000 euros. En el segundo, 12.000. Claramente, para recuperar el segundo importe, con el mismo PVP, tendremos que vender muchos más ejemplares de nuestro producto. Y ese es precisamente el tercer parámetro a considerar:
3. ¿Cuántos ejemplares de un producto creo que puedo vender con mis medios comerciales y distributivos? ¿En qué plazo de tiempo? ¿Cuántos ejemplares debo imprimir para conseguir vender ese número objetivo de ejemplares, pues no se acostumbra a vender el 100% de lo distribuido?
Cada editorial realiza el cálculo en función de sus expectativas, de la situación del mercado y del histórico de ventas del que disponga y que le permita hacer estadísticas más o menos elaboradas. Igualmente, cada editorial puede tener costes distintos en función de su fuerza de negociación con los distintos proveedores (traductores, grafistas, pero también impresores, distribuidores, etc.).
En todo esto pueden influir distintas variables. Una reedición, por ejemplo, siempre será más barata porque la mayor parte del trabajo ya está hecha y solo hay que pagar la nueva impresión y las nuevas planchas, si cuenta con material extra, distinta portada, etc.
También puede reducir costes el publicar una obra que se sabe que se va a vender como churros, ya que permite jugar con tiradas mayores y, por lo tanto, reducir considerablemente el coste por unidad.
ECC, según cuenta en el comunicado, ha intentado mantener los precios lo más bajos posible, salvo por algunas excepciones, admiten, que se deben a series heredadas de Planeta y que contaban con tiradas más limitadas (en este caso, si me lo permitís, yo mismo soy partidario de pagar más por los tomos que de quedarme con la colección a medias). Algunos ejemplos serían Booster Gold núm. 5, Superman: El reinado de Juicio Final o el Green Lantern de Geoff Johns.
Aun así, la editorial se compromete a no repetir esto (ya que ha terminado con las series heredadas) durante el 2013 y asegura que, si hay excepciones, serán para reducir precios, no para aumentarlos (hasta, y esto lo añado yo, que Mariano nos vuelva a subir el IVA, claro):
Hay y habrá excepciones cuando se trate de reducir precios:
1. Los productos que sigan un estándar diferente (porque lleven sobrecubierta o porque tengan un tamaño distinto, por citar dos posibilidades).
2.Aquellos productos en los que apostemos por bajar el precio. Sí, habéis leído bien: bajar, nunca subir. Son títulos por los que apostamos fuerte, para poder introducir a más lectores en su disfrute.
Hay varios ejemplos en 2012: la edición de lujo de Fábulas (el número 1, por ejemplo, debería valer 26 € sin sobrecubierta, pero solo cuesta 24,95 € con sobrecubierta); Crisis Infinita edición de lujo, que debería costar 26 €,pero solo vale 25 €); Batman: El Caballero Oscuro - Amanecer dorado, que cuesta 12,95 € en lugar de los 13,95 € que le corresponderían; Batman: El Caballero Oscuro - La leyenda de Ra’s al Ghul, que debería estar en 30 € en lugar de los 25 € que vale; y Spaceman cuesta 20 € en lugar de los 22 € que le corresponderían, por poner unos pocos ejemplos.
Un buen ejemplo de la misma política durante 2013 es la nueva edición de V de Vendetta, un libro que debería valer 24,50 euros según nuestra tabla, pero que vamos a vender, en su primera edición, por solo 16,95 euros. Su segunda edición -ya anunciada- tampoco alcanzará los mencionados 24,50 euros, marcando un precio sensiblemente inferior: 19,95 euros.
3. Colecciones que tengan un PVP paraguas para toda la serie (como por ejemplo la edición de lujo de Fábulas, que conserva su precio inicial en los números sucesivos). De nuevo, el coste total de la colección siempre será más bajo de lo que sería conservando el precio objetivo de cada libro.
Una explicación del proceso que se sigue a la hora de poner los precios siempre es de agradecer, pero un compromiso de no aumentarlos (y no digamos ya de ir bajándolos de vez en cuando) es un auténtico soplo de aire fresco.
Solo queda ver si es posible mantener este compromiso en un país donde la cultura lleva impuesto de lujo y los tebeos solo son considerados como tal por los que lo leemos, pero de momento podemos darnos por satisfechos con esta declaración de intenciones.
Es una política arriesgada -buscar ampliar el número de lectores con precios populares en vez de minimizar riesgos poniendo precios más altos- y muy de agradecer. Espero que tengan suerte en la aventura.
Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.