Hadas

Reseña del libro de Brian Froud y Alan Lee publicado por Montena

De todos los libros sobre seres fantásticos que se han publicado en España, quizás sea este Hadas el más conocido. Se trata —aunque el título nos pueda inducir a error— de un compendio sobre duendes y hadas de todo tipo, sobre esas criaturas a las que los británicos se refieren como “el pueblo pequeño” o con el genérico fairies, de donde viene el término feérico. Es decir, aquí entran desde trasgos y gnomos a dríadas y ninfas. Y, por supuesto, los pixies.

Brian Froud y Alan Lee firman un libro ecléctico. En él se aglutinan leyendas, anécdotas, información práctica, algunos artículos de cierto trasfondo, citas de textos antiguos y, sobre todo, muchas ilustraciones, que han corrido a cargo de David Lackin. No hay un hilo conductor claro ni tampoco se da un gran peso a la estructura; más bien, se deja que los autores transmitan su pasión por el tema a modo de conversación informal, algo que se ve particularmente claro en el apéndice final, todo un guiño fantasioso al mundo de las hadas.

Así, de un modo en absoluto sistemático, vamos a conocer cosas sobre la flora relacionada con los duendes, historias que se remontan a los orígenes de la mitología celta —y también escandinava, cabe suponer que por la influencia de los normandos asentados en las islas—, curiosidades y personajes. No se trata de un conocimiento exhaustivo. La idea es disfrutar, sin más, de un rato de lectura distendida, no de estudiar este mundo maravilloso.

Hadas es, ante todo, un libro estético. Si bien los textos de Froud y Lee son simpáticos y entretenidos, y cabe suponer que son ellos los artífices del proyecto, a juzgar por los créditos, el protagonismo real se lo llevan las ilustraciones de Lackin. Las hay de acompañamiento, en blanco y negro, en un lápiz informal y lleno de vitalismo, y las hay a color a página completa, pero siempre encontramos alguna, en todas las páginas. Incluso los textos —que a veces se presentan como manuscritos— se supeditan a ellas como acompañamiento.

Montena ha optado, con acierto, por una edición de tamaño de página algo superior al DIN A4 que permite disfrutar de las ilustraciones. La encuadernación de mi edición, en tapa blanda con solapas, hace que el libro no sea pesado y, al mismo tiempo, esté bien protegido. En ese sentido, cabe felicitar a la editorial por haber conseguido un producto resistente y vistoso y muy adecuado al contenido.

En conclusión, Hadas es un libro caprichoso. Bien cuidado en todos sus aspectos, ofrece un rato de lectura y fascinación que se sale de la narrativa y también del ensayo, situándose en un terreno intermedio de ocio lector más cercano a las conversaciones en torno a una chimenea. Ya que en estos tiempos es difícil encontrar a quien nos hable de trows al amor de la lumbre, nos queda un sustituto simpático que incorporar a nuestras librerías.