Assassin's Creed: Desmond
Reseña del cómic de Corbeyran y Defali publicado por Planeta DeAgostini
En formato de cómic europeo, 48 páginas por entrega, tapa dura, Planeta DeAgostini nos acerca una visión alternativa de los entresijos del famoso videojuego de Ubisoft. Se trata de una narración dinámica que hunde sus raíces en la Historia pero con una perspectiva de ciencia ficción. En medio de la trama, los asesinos en su acepción original: la de una orden secreta, quizás una secta, encargada de ocuparse de los personajes clave de la época para dar un vuelco a la situación política y social.
Bueno, lo de “original” deberíamos entrecomillarlo porque, como ya adelantábamos, se trata de una obra de ciencia ficción y la interpretación de lo que supusieron los hashshashin —que era como se denominaba a los nizaríes en referencia a su adicción al hachís— es más bien libre, aunque no exenta de interés en su revisitación. Si los originales asesinos tenían sueños del Paraíso gracias a la inhalación de alucinógenos que les hacían suspirar por un mundo futuro hasta el punto de perder de vista cuál era la realidad, en Assassin's Creed: Desmond se entrevé este mismo juego de percepciones, aunque sea desde una perspectiva más “Matrix”.
Y digo se entrevé porque, como bien requiere una historia de estas características, en este primer tomo se plantean muchas más incógnitas que elementos seguros. Corbeyran, el guionista, opta por dejar en nebulosa la historia subyacente y brindarnos solo cabos sueltos para que vayamos componiendo el rompecabezas. Cada giro de la historia nos invita a desconfiar de lo que ya dábamos por supuesto.
Al mismo tiempo, deja que Djillali Defali —encargado de la parte gráfica del cómic con el apoyo de los colores de Raphael Hedon— sea el que lleve el peso del cómic. En sus manos queda el deslumbrar al lector con las escenas de acción y el exotismo de los escenarios, ya se trate de un campamento romano, de un decrépito hospital psiquiátrico o de unas misteriosas instalaciones de alta tecnología.
El resultado es un comienzo prometedor que deja muchas puertas abiertas y que anuncia que, como buena franquicia de videojuego, en el cómic de Assassin's Creed va a primar el movimiento y lo espectacular de los escenarios.
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