Tros de Samotracia: César contra Britania
Reseña de la novela de Talbot Mundy publicada por Panini
Como ya comentábamos en la reseña de Tros de Samotracia: Conspiración, la saga de Talbot Mundy, aun en contra de lo que pudiera sugerir el título de este volumen, ha cerrado ya su etapa britana y ahora se centra en los nuevos viajes de Tros, que si bien guardan relación con lo explicado en La invasión de Britania, En alas del viento, Sombras romanas y El rescate, sobre todo en cuanto a motor de la narración, nos presentan nuevos escenarios y un desarrollo bien distinto.
En este Tros de Samotracia: César contra Britania la trama se sitúa en Roma y el mencionado Julio brilla por su ausencia (aunque su sombra esté bien presente). Nos encontramos con un Tros que se ha metido de lleno en las intrigas de la capital del imperio con la esperanza de evitar que el romano consume su invasión de las islas britanas. Su plan es manipular el precario equilibrio de poderes para atraer de vuelta al conquistador a su tierra de origen.
El escenario que nos transmite Mundy brilla particularmente. Si ya en Conspiración había dejado claro que podía retratar una ciudad civilizada con sus matices y sus aspectos fascinantes, con la que fue epicentro del mundo conocido da el do de pecho. En este volumen tenemos todo lo que podríamos haber esperado, desde visitas a misteriosos templos, intrigas en las villas de la alta sociedad, deambulares por los bajos fondos y, cómo no, una visita al circo. Pero al circo romano, se sobreentiende.
La visión de los juegos de gladiadores y las carreras de cuádrigas tiene, por supuesto, el filtro acostumbrado de aventura pulp. De nuevo hay algunas imprecisiones históricas de poca relevancia (que se unen a alguna traducción extraña -¿motores w?-) que no perjudican en absoluto el cuadro general ni la sensación de estar en una Roma de capa -o más bien toga- y espada. Los compases finales de la novela son sencillamente impresionantes y todo el transcurso de la acción en el circo memorable.
Además, no se trata de acción por acción. Como de costumbre, Mundy consigue con acierto que las variopintas piezas de su puzle, que incluye desde vanidosos príncipes celtas a vagabundos vikingos, encajen con tal precisión que nos quedemos boquiabiertos. Esta habilidad, junto al tratamiento de los personajes, que no se miden en escala de grises, sino que demuestran una complejidad mucho más humana, convierten a la novela en algo notable.
Tros de Samotracia: César contra Britania tiene además una baza adicional: funciona mejor que otros volúmenes como novela independiente. De hecho, aunque así resulte más completa su lectura, puede permitirse prescindir del resto. De esta forma, se revela como una magnífica oportunidad para descubrir la serie y un modo sensacional de ver la épica y las aventuras.
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