Megazoria: Man
Trasfondo de esta isla situada entre Connach y las tierras britonas
También conocida como Ellan Vannin por los pueblos celtas de la zona, la isla de Man es un enclave colonizado por britones que se está convirtiendo en un puerto en el que recalan con frecuencia los escandinavos. Ni unos ni otros conocen todos los secretos que ocultan sus túmulos.
Aspectos geográficos
La isla de Man tiene una geografía modesta: tanto al norte como al sur hay algunas montañas de escasa altitud separadas por un valle central. Los llanos y las colinas están salpicados de bosques y arboledas y la costa se abre al mar en playas de grava o arena. El clima es húmedo pero temperado gracias a la influencia del mar.
Fauna
La fauna de Man es similar a la de Connach, aunque no han proliferado tanto las hienas cavernarias como en la isla vecina. Por el contrario, es más común encontrar jabalíes o depredadores como los glotones o los lobos. En las zonas apartadas todavía se encuentran leones y osos cavernarios.
En los túmulos cercanos a la costa, sobre todo en aquellos que se han extendido con laberínticas catacumbas, es posible, sin embargo, encontrar criaturas que siembran un terror mucho mayor en el corazón de los hombres: octópodos cavernarios. Estas criaturas se han adaptado a una vida semiacuática y se emboscan en la oscuridad de los túneles parcialmente inundados o en las cámaras adyacentes para cazar presas terrestres. Se alimentan principalmente de animales extraviados, sobre los que se abalanzan desde los techos, pero tampoco desdeñan a los hombres que se aventuran en las profundidades ni, por supuesto, los sacrificios humanos, gracias a los cuales se ha creado una sangrienta simbiosis que ha permitido la supervivencia de estos pulpos en un hábitat tan extraño.
Habitantes
Los maneses tienen orígenes celtas; de hecho, descienden de colonos britones que arrinconaron a la población autóctona en los rincones más inhóspitos de la isla. Hay una presencia creciente, asimismo, de comerciantes escandinavos, que se han integrado con la población celta. Entre los habitantes priman las pieles pálidas y hay una amplia variedad de tonalidades de cabello.
Tanto hombres como mujeres llevan por lo general los cabellos largos. Visten con ropas de lana, tanto pantalones como túnicas, y ciñen sus capas con broches de bronce. Los accesorios, bien en hueso, bien en metal, son comunes: broches, diademas, torques, brazaletes, etc.
Lengua: Gaélico
Escritura: Ogam
Algunos nombres de ejemplo: Flann, Dermot, Brian, Fergus, Bran, Conare, Connall o Dall. De mujeres, Badb, Conchend, Fedelm, Grainne, Emer o Etain.
Sociedad y gobierno
Man está organizada en pequeños poblados gobernados por monarcas que ejercen, principalmente, como cabezas de familias en el sentido amplio del término (pueden llegar a varios grados de parentesco y agrupar centenares de personas). Estas aldeas protegidas de bestias e incursores por empalizadas se están abriendo al comercio a través de la influencia de los escandinavos y agrupan en su interior varias docenas de cabañas de piedra o madera circulares de techumbres de paja o madera.
Los antiguos pobladores de la isla, a los que llaman los otros en sus siniestras historias susurradas en torno a las hogueras, habitan en el límite de la sociedad, escondidos en bosques, roquedales y las galerías ampliadas de los antiguos túmulos megalíticos, que se pueden extender cientos de metros en las profundidades. Son humanos de frentes y mentones huidizos y arcos supraorbitales marcados, de pieles muy pálidas, por lo general, y que visten pieles curtidas y se adornan con huesos y colmillos de animales salvajes y usan armas de piedra y hueso. Tienen cultos animistas y sus pinturas rupestres marcan sus territorios.
Las escaramuzas entre ambos grupos humanos son frecuentes.
Religión
Los maneses veneran el panteón de los dioses celtas y entre ellos, en particular, a Lug. No tienen un culto organizado, pero en torno a cada familia orbita el número suficiente de druidas para garantizar los cultos solares necesarios y el mantenimiento de los altares y lugares sagrados de la isla, que generalmente están ligados a árboles centenarios, arroyos y grandes rocas. La presencia de los escandinavos, en cualquier caso, se va dejando notar en la aparición de cultos mestizos.
En la isla se realizan de vez en cuando sacrificios humanos para apaciguar a los espíritus que, según creen, habitan en los antiguos túmulos megalíticos, en cuyas profundidades los adolescentes tienen la mala costumbre de adentrarse, en muchas ocasiones para no volver a salir.
Actividades económicas y lúdicas
La agricultura es una actividad secundaria en Man. El comercio, articulado en torno a los mercaderes escandinavos, y la ganadería son las principales ocupaciones. Son particularmente apreciadas los loaghtan, una suerte de ovejas con seis cuernos (de menor tamaño en el caso de las hembras), cuya carne es particularmente apreciada y cuya lana sirve para tejer todo tipo de vestidos y mantas.
La recolección de crustáceos en las costas es también una actividad extendida: cangrejos, langostas, ostras, etc. forman parte de la dieta común. La artesanía en torno a conchas, cuernos y huesos es también conocida y reputada.
En la guerra
Los maneses no suelen verse implicados en auténticas guerras. Sin embargo, las escaramuzas con eventuales piratas o con los otros son frecuentes, por lo que todos los hombres aprenden a combatir. Entre sus armas se cuentan espadas y escudos, pero sobre todo herramientas y útiles de caza: hachas, lanzas, jabalinas, hoces, etc.
Los hombres se agrupan para combatir por familias y las muestras de valor personal priman sobre la auténtica táctica. Aunque no suelen tener unidades de caballería (los caballos son relativamente raros en la isla) algunos líderes van a combatir montados en carros tirados por loaghtans cubiertos por armaduras de cuero.
En el mar
Los maneses solo fabrican curraghs: botes sin quilla, de unos quince metros de eslora y unos cinco de manga, de casco alto, que se mueven impulsados por el viento a través de una vela cuadrada o redondeada sujeta a un único mástil. Sin embargo, la presencia de escandinavos garantiza la abundancia de knorrs y drakkars en la isla.
Posibilidades de aventura
La explotación como enclave comercial de Man por parte de los escandinavos es un buen gancho para numerosas aventuras relacionadas con estos pueblos: establecer un puesto comercial, parlamentar con los reyes locales, establecer pactos y alianzas, tal vez matrimonios... Los maneses pueden solicitar como actos de buena fe ayuda contra los otros, la participación en alguna partida de caza, etc.
Por otro lado, los túmulos megalíticos, señalados por dólmenes y menhires, son lugares excepcionales para todo tipo de aventuras, desde rescates de sacrificios humanos a exploraciones en busca de tesoros. La presencia de los octópodos cavernarios puede suscitar magníficas situaciones de peligro a combinar con la inquietante presencia de los otros.
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